2+5+15, patios, árboles, viviendas en piedras redondas, almería.
Cinco años dan para mucho. Ese es el tiempo que nuestra reflexión-investigación sobre el habitar colectivo en piedras redondas (barrio de Almería) ha tenido para tomar forma. Lo que arrancó como una naíf intención en el concurso j5 de 2004 (concurso de vivienda protegida convocado por EPSA), ha ido desarrollándose, no sin trabas administrativas, hasta convertirse en una propuesta de espacios habitables en ese lugar. Porque, ese, ha sido el objetivo invariable de este largo proceso (¿investigación?), el espacio para habitar y su inserción en las circunstancias sociales, culturales, económicas y físicas de un barrio muy especifico.
Una propuesta que mira al futuro desde lo conocido, experimentado y reconocido (reconocible), no imponiendo mecanismos descontextualizados, tecnológicos, o de moda en algo tan serio como el habitar. Una propuesta que parte del reconocimiento de las circunstancias físicas y sociales de un barrio, piedras redondas, frontera entre dos tipos de ciudad-ciudadano, cuya escala permite establecer otra relación con el espacio público y entre los vecinos (más próxima al pueblo que a la ciudad).
Una proyecto que trata de hacer de la parquedad de medios, virtud. Concentrando todos los esfuerzos en la reflexión sobre cómo deben ser los espacios (interiores y exteriores) para alcanzar el confort necesario para que una casa llegue a ser una casa, y solo una casa. De ahí que la mayor inversión, tanto económica como en tiempo, se dedica a la definición de una volumetría (en contra de la normativa y los ratios superficie construida-superficie de fachada establecidos) capaz de generar los espacios exteriores (patios) que, articularán el proyecto con el lugar, crearán las condiciones medioambientales que hagan sostenibles todas las unidades del conjunto (sin recurrir a alardes tecnológicos), y fundamentalmente permitirán que cada una de las casas saque el máximo partido del lugar y de la mínima superficie que la norma le adjudica.
Esto se intenta resolver, en coherencia con lo descrito, asumiendo la parquedad de medios, confiando en la arquitectura como disciplina y en sus mecanismos. Geometría (dos patios tangentes), un riguroso control y estudio de la métrica del programa doméstico (módulo estructural-estructurante), simplicidad en los sistemas constructivos y materialidad (con cierta despreocupación por la imagen del edificio), control de la escala y proporción entre las partes como respuesta al entorno, etc., todo un proceso de depuración que ha permitido que una intención naif se convierta en un lugar donde habitar.