MEMORIA
El proyecto piloto para la Plaza del General Vara del Rey forma parte del proyecto del Plan Centro desarrollado por la Oficina Centro del Ayuntamiento de Madrid.
La propuesta plantea, por una parte, la integración de una infraestructura solar fotovoltaica en el centro de la ciudad, convirtiendo este espacio público en un espacio productivo: a través de la venta de la electricidad generada, se costeará, a largo plazo, la ejecución de la obra.
Por otra parte, aprovechando la exposición y la visibilidad de este tipo de tecnologías, la plaza establece un mecanismo de comunicación con los ciudadanos: la nueva plaza, además de una infraestructura urbana, será un interfaz mediante el que se explicarán los procesos de gestión de la energía que transcurren en la plaza.
De esta manera, el espacio público participará de manera activa en el tejido de la ciudad, tanto en términos productivos, como políticos y representacionales, al hacer del espacio público un ámbito de socialización de algunas de las problemáticas más relevantes en la contemporaneidad, como la sostenibilidad. A través de la P.N.S. General Vara del Rey el ciudadano podrá participar de aquellos elementos fundamentales para la ciudad y que, como la energía, permanecen invisibles o son competencia exclusiva de los expertos.
PROYECTO
1. Terminal. La plaza es un terminal energético y, a la vez, un dispositivo de comunicación que explica a los ciudadanos los procesos de gestión de la energía que en ella tienen lugar.
2. Mapa energético. Una cartografía estratégica determina el potencial solar de la plaza y permite elaborar un procedimiento de tecnificación del espacio.
3. Producto energético (P.N.S.). La plaza nunca es un espacio pasivo; participa de manera activa en los procesos productivos de la ciudad. Se diseña como un producto energético “a la carta” para el Ayuntamiento de Madrid: una Premium Network Square que resulta del equilibrio entre el rendimiento económico y las necesidades urbanísticas.
4. Soporte material. Las plazas nunca están “vacías”. Son espacios de transacciones sociales, energéticas, económicas, afectivas, etc. La estructura material de la plaza está formada por:
* Marquesinas. Estructura de paneles solares y paneles vegetales de plantas aromáticas. La Geometría de la misma posibilita el máximo rendimiento energético, la producción de sombras en las diferentes estaciones (sombra en verano, sol en invierno), la cualificación ambiental por zonas, la integración del mobiliario urbano y la actual disposición de los puestos del Rastro.
* Vegetación. Se incrementa el número de especies actuales mediante una matriz dispersa de árboles de hoja perenne de bajo porte y una masa concentrada de hoja caduca que definen un espacio en sombra en verano y actúan como “sumideros de CO2”.
* Pavimento diagramático. Obtenido a partir del análisis de la incidencia de la radiación solar en la superficie y de la actividad prevista en cada zona.
* Colinas recolectoras de agua. Red de depósitos que recogen, reciclan y distribuyen el agua de la lluvia para el riego de las plantas y la pulverización de agua en las estaciones calurosas.
* Islas ecológicas. Puntos de reciclaje de residuos.
5. Comunicación de los procesos energéticos. Los flujos que atraviesan la ciudad toman cuerpo en este espacio público. La plaza diseña la visibilidad de las redes urbanas y a partir de una serie de indicadores traduce los datos técnicos en códigos comprensibles: lo que antes era invisible (caja negra) pasa a ser visible (interpretable).
* Indicador de producción de energía solar. El anverso de los paneles solares brilla con una intensidad proporcional a la energía captada cada día. Sólo son visibles desde las “zonas de lectura”. Así, el ciudadano decide si desea acceder a la información.
* Indicador de reserva de agua. Visualizan el estado de los recursos hídricos de la plaza.
* Indicador territorial del agua. 13 pequeños estanques, tantos como pantanos que suministran agua a la Comunidad de Madrid, se inundan de manera proporcional al agua embalsada en cada uno de los embalses representados, situando la plaza en relación a la dimensión territorial de las redes.
* Indicador de reciclaje. Marcador deportivo que muestra la equivalencia de Kgs. de CO2 ahorrados al medio ambiente en cada acto de reciclaje.
* Indicador de la amortización de la inversión. La producción de energía amortiza los costes de la obra y su mantenimiento. El indicador presenta el estado de la amortización en tiempo real. Según se salda la deuda, la luz de la plaza cambia progresivamente de color.
La acción combinada de los indicadores configura un dispositivo pedagógico, ayuda a comprender la dimensión escalar, espacial y temporal, de las redes y permite al ciudadano tomar decisiones sobre sus prácticas energéticas cotidianas.
6. Disenso. Las infraestructuras y la energía son estratos de la ciudad en los que el ciudadano, por lo general, no participa. Sin embargo la visualización de los datos mediante indicadores y códigos espaciales permite a los habitantes de Madrid participar de ese conocimiento relegado a los expertos. La plaza abre debates y genera discusiones.
7. Integrar las redes. Este paisaje socio-técnico se configura como un híbrido continuo de sociedad, tecnología y naturaleza.
8. Estudio económico. En 10,5 años la plaza habrá amortizado la infraestructura fotovoltaica. A largo plazo el coste de ejecución material quedará cubierto por completo.
9. Identidad. Madrid tiene la oportunidad de renovar su identidad urbana desde el espacio público. La sostenibilidad se construye desde el ámbito compartido.
¡Transformemos nuestros espacios públicos en infraestructuras habitables! ¡Imaginemos una red de plazas energéticas en la ciudad!