Elevator es una tienda donde las zapatillas llegan como caidas del cielo...
Se trata de la tienda con mayor flujo de venta y visitas de todas las que la marca ha abierto hasta ahora: requiere de un sistema de venta muy ágil. Esto a la vez hace que sea necesario un elevado número de referencias en stock, lo que implica la necesidad de un almacén grande.
Estas premisas tan mundanas, tan poco sugerentes, estas que podrían ser ‘sólo’ necesidades, se convierten en esta propuesta en el punto de partida: un almacén lo más grande posible y una relación muy rápida entre la tienda y el almacén. El proyecto arranca aquí; el reto de la propuesta es hacer de estas necesidades un valor de proyecto en sí, y convertirlas en pura experiencia de compra.
Es aquí donde la tienda aparece como una puesta en escena de las políticas de venta de las zapatillas: se trata de un espacio central performativo, en continuo cambio, que escenifica las dinámicas de exposición y venta. Desde esta suerte de plaza uno percibe en el perímetro una escena en la que aparecen y desaparecen ascensores, y las escaleras se pierden en la oscuridad. Un espacio que genera al principio incredulidad y curiosidad.
Eliges modelo y talla, y alguno de los muchos ascensores repartidos por la tienda aparece con tus zapatillas, como caído del cielo...