Una pequeña vivienda que aprovecha al máximo las condiciones del lugar. Se nutre del medio, de sus condiciones de contorno.
El low-tech permite indagar en los valores medioambientales pasivos. Se propone una pieza compacta, con una baja relación entre superficie de fachada y volumen construido (mejor comportamiento térmico). La planta se organiza en el interior de un rectángulo de 14 x 7m., agrupándose las zonas húmedas (instalaciones) y el acceso junto a la fachada este, abriendo algunos huecos que capten energía por la mañana (cuando la edificación está fría).
La fachada oeste está algo protegida por vegetación existente, no obstante se plantea una reducción significativa de los huecos para evitar ganancias de energía por la tarde.
Al norte se plantea un pequeño patio con vegetación, generando un ámbito doméstico exterior ligado a las zonas de descanso. Este patio, además de funciones relacionadas con el uso de la vivienda (tender, estar, etc...), permite adaptar la edificación a la topografía, enterrándose parcialmente por esta parte norte, con la escala de una caseta hacia el típico huerto abancalado balear.
Una terraza exterior cubierta que proporciona un comportamiento estacional óptimo (permite el paso de luz en invierno provocando un calentamiento por efecto invernadero, y aporta sombra en verano, manteniendo fresco el interior). Se plantea una luz estructural para el forjado de cubierta que abarque toda la pieza y permita una fácil redistribución interior. Esta cubierta gruesa permitirá cierta inercia térmica como protección, de modo que transmita al interior por el día el frescor acumulado por la noche, y por la noche mantenga el calor acumulado durante el día. Se plantean también sistemas de ventilación natural cruzada norte-sur y este oeste, para reducir sin consumo energético la temperatura en verano.
En definitiva, se trata de un proyecto que se alimenta del medio cultural y climático de la región con los mínimos medios y el esfuerzo más contenido.