El edificio, de planta baja y cuatro alturas, se encuentra en el Barrio de la Almozara de Zaragoza, en el entorno próximo a la estación del Ave y el recinto Expo. Se encuentra entre medianeras, en una calle con predominio de viviendas de la década de los 50 y construcción económica.

El objetivo era dotar al edificio de una marcada identidad, que pusiera en valor lo antiguo y dignificara el conjunto. Al tratarse de una edificación entre medianeras, el diseño de la fachada principal se convertía en el elemento singular y más representativo del edificio, a la vez que debía responder a una idea de continuidad, que pudiese repetirse en las dos parcelas colindantes por su lado izquierdo (de futura construcción por parte del mismo cliente).

El resultado: un plano de ladrillo negro en la alineación con la calle y unas terrazas, a modo de cajas  de hormigón, que sobresalen siguiendo un esquema irregular pero ordenado. Se obtiene una imagen abstracta y moderna, que combina dos materiales, sus texturas y escalas. El fondo queda dibujado por el ladrillo de color oscuro, sobre el que destaca todavía más el gris claro del hormigón in situ de los “cajones abiertos”. La escala pequeña del formato del ladrillo se difumina y contrasta con la gran dimensión de los huecos de hormigón, definidos en sus lados abiertos por las carpinterías de aluminio natural y vidrio, y por las barandillas de acero lacadas al horno.

La planta baja se proyecta como un zócalo de chapa metálica, lacada en un gris de RAL similar a las carpinterías, para acentuar el carácter más permeable de su posición. Vidrio y chapa resuelven con un mismo criterio el acceso al edificio, los armarios de las instalaciones y el escaparate y acceso al local comercial.

En contraposición, las fachadas al patio, tienen un tratamiento muy neutro a base de mortero monocapa blanco. Se potencia la luminosidad de los patios y el carácter más doméstico, aunque sin renunciar a una composición equilibrada de huecos y macizos, agrupándose los primeros en cuadrados de grandes dimensiones tanto en dormitorios y como en zonas de día.

Respecto a la distribución en el interior del edificio, se ha optado por disponer tres viviendas por rellano y una escalera de un único tramo. Se trata de viviendas de dimensiones reducidas, a modo de estudios o apartamentos, que disponen de estar-cocina-comedor, dormitorio y baño. Sólo una de las tres tipologías cuenta con dos dormitorios. En todas ellas, se ha puesto especial atención en optimizar al máximo los espacios y compatibilizar usos, así como ampliar visualmente las estancias con las generosas aperturas que las caracterizan.

En el edificio, cuya construcción finalizó el día 4 de marzo de 2011, se apostó por la centralización de instalaciones y contadores individuales por vivienda, así como por el establecimiento de zonas comunes y tendederos en la azotea.