Se resuelve el programa de necesidades doméstico a acomodar sobre una parcela en pendiente frente al Estrecho de Gibraltar mediante su disposición según plataformas a distintos niveles dispuestas en paralelo a sus imponentes vistas.
Queda organizada la casa en tres bandas horizontales que alternan espacios cubiertos y abiertos: el nivel de la zona de noche, que contiene los dormitorios y sus espacios servidores, el nivel de la zona de día, que formaliza el acceso a la vivienda y contiene sus principales estancias: salón, comedor, cocina, etc., y el nivel del estudio, que contiene un espacio de trabajo.
Se opta por el color blanco en todos los materiales de la casa como contraste a la luz y al color de las panorámicas capturadas.
En definitiva, una arquitectura silenciosa resuelta con una geometría elemental para construir una mirada nítida, anónima y limpia hacia el paisaje espectacular del mar Mediterráneo y de África.