Situado en el barrio tarraconense de San Pere y San Pau, la vivienda descansa sobre un terreno con pendiente.

Se plantea un proyecto de rehabilitación, reforma y ampliación para adecuar un nuevo proyecto global desde una perspectiva contemporánea que pudiera cumplir con las gustos y necesidades de sus propietarios, bien alejados de los que conformaban el edificio original.

A cada uno de los espacios le corresponde una actividad. En el nivel inferior se desarrolla el programa de día y en el segundo nivel, el de noche. Por su parte, el frente sur está destinado a la zona de estar y habitaciones principales, mientras la cara norte acoge espacios secundarios como el garaje, la despensa, los baños de servicio y las habitaciones de los invitados.

Se quería una vivienda que fuera luminosa, de estilo unitario y con una decoración minimalista. La solución a la luminosidad lo ofrece el blanco predominante en toda la vivienda, que potencia la sensación de amplitud, junto con generosos ventanales abiertos a sur que en planta baja relacionan la zona de la piscina con la sala de estar-comedor .

La solución para el estilo unitario de toda la vivienda la aportan, en todo momento, los materiales. Un ejemplo es la piedra de San Vicente del pavimento exterior que recubre la fachada que da a la cara norte, que es a la vez un pavimento que penetra en el interior, estableciendo una continuidad.