La asociación de jóvenes arquitectos de Burgos, #Entramado# ha diseñado y construido el mobiliario interior del nuevo centro cultural de Burgos, situado en la antigua Estación de trenes de la ciudad. Todo el proyecto, realizado en colaboración con el Ayuntamiento de Burgos, tiene un presupuesto reducido y se fabrica casi en su totalidad con cajas de madera reciclada.
Después de su rehabilitación, la antigua estación adquiere nuevos usos y se convierte en un nuevo hito del barrio, que actúa como nuevo centro social juvenil y de reunión. Con esta intervención se busca un espacio joven, flexible y con muchas posibilidades. Entre los espacios propuestos se encuentran EL APEADERO:una sala de exposiciones, LA SALITA: una sala familiar, con juegos y lectura infantil, la nueva sede del FAB LAB Burgos, EL BOSQUE: un espacio de lectura, LA CABINA: espacio polivalente para charlas y formación, EL RELOJ y EL INTERCAMBIADOR, una sala dotada con nuevas tecnologías para el uso de los jóvenes del barrio.
El equipo de #Entramado# diseña todo el mobiliario a partir de las diferentes medidas de las cajas de madera existentes que anteriormente sirvieron para transportar rodamientos de molinos eólicos. Los propios miembros de #Entramado# serán también los encargados de construir y montar cada uno de los muebles de este gran espacio.
Las 273 cajas se convertirían en el nuevo mobiliario de La Estación.
El diseño y construcción consiste en paneles de exposición, mesas de trabajo, librerías móviles, paneles informativos, gradas para exposiciones, percheros, revisteros y almacenaje. Para un mejor aprovechamiento del espacio y una mayor adaptabilidad a actividades venideras, la mayor parte del mobiliario está montado sobre ruedas, lo que permite reinventar los espacios en función de las necesidades.
El reciclado de las cajas no fue un proceso sencillo, aunque las cajas llegaron en muy buen estado, todas ellas debían ser sometidas al mismo proceso. Primero debían ser desmontadas y revisadas cuidadosamente para no dejar ninguna grapa o clavo en la superficie, después se montaban los muebles según su uso y más tarde debían ser lijadas para evitar cualquier astilla. Por último se les daba color o barniz.
Como resultado, el proyecto cumplió sus objetivos, dar vida a un espacio vacío con un presupuesto muy reducido y activar un nuevo barrio de la ciudad. Los espacios están ahora en uso y la versatilidad de su mobiliario ha permitido ya el desarrollo de múltiples actividades. Conferencias, talleres, conciertos, exposiciones y reuniones complementan la vida diaria del edificio, donde todos los vecinos del barrio encuentran su espacio.