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La construcción de un nuevo pabellón de tapia es la excusa para transformar un antiguo espacio trasero del Camping Alfacs y abrazar—junto a dos edificaciones rehabilitadas—un nuevo jardín mediterráneo. Así, el proyecto consiste en tres pabellones alrededor de un patio. Un jardín habitado por comunidades vegetales autóctonas, plantas aromáticas y de baja demanda hídrica, que aparece como umbral de transición para acceder a espacios de baño y servicio. Frente al derribo y tabula rasa habitual, el proyecto reconoce el valor material y cultural de las dos edificaciones auxiliares antiguas, les da la vuelta y celebra sus tipologías y acabados constructivos prosaicos. 

 

Disfrute y cuidados al aire libre

El nuevo pabellón se plantea como una crujía infraestructural que acoge y dignifica distintas actividades del día a día y el cuidado de los habitantes del camping: lavado de ropa y vajilla, limpieza de pescado, higiene personal y de animales domésticos, lavado vehículos, etc. Estos espacios se abren a una suerte de jardines comunitarios, porches recogidos y umbráculos donde se emparra la vegetación, convirtiendo los cuidados servidores en actividades lúdicas y placenteras. Estas crujías definen estancias generosas polivalentes—adaptables a lo largo del tiempo—que son ocupadas por muebles exentos sobre patas ligeras, que las dotan de cometidos específicos.

 

Soporte mineral: trozos de Senia y muros de tapia

La materialización de estos soportes habitables se plantea mediante construcción mineral. En el plano horizontal, una topografía de alfombras y recorridos rodean el jardín. Se construyen con piedra de una cantera a escasos 10 km—Senia—incorporada en todos sus posibles formatos desde su extracción, evitando la generación de material de escombro: piedra cortada estándar para identificar pequeñas alfombras como puntos de encuentro, piedra rota de desperdicio embebida en un pavimento entre aleatorio y reglado, piedra en su formato de gravas y arenas tanto para suelos drenantes, como para el árido visto de pavimentos, pilares y dinteles de hormigón “lavado” y tintado en masa. En el plano vertical, se erigen los muros de carga mediante bloques prefabricados de tierra compactada, en un formato horizontal y aparejo que—en el detalle—explica su lógica tectónica, a la vez que enfatiza la traba del conjunto monolítico en la distancia.

 

Termodinámica sencilla

Sin complicaciones, esta construcción mineral, de gran inercia térmica, con paredes transpirables—no sólo por sus celosías, sino también por su consistencia material—garantiza el confort térmico en los calurosos mediodías veraniegos. Una calidad atmosférica que se ve reforzada por la apertura de los espacios hacia filtros constructivos y vegetales, aprovechando la evapotranspiración y humedad ambiental. 

Participaciones en arquia / próxima

VIII Edición 2020-2021 [Catalogada]