arrow-circle-down arrow-circle-left arrow-circle-up arrow-down arrow-left arrow-line-right arrow-right arrow-up ballon close facebook filter glass lock menu phone play point q question search target twitter
X

Alfacs 2017-2023

La gradual transformación de este camping empieza a partir de una nueva calle que se abre hacia el mar, dando continuidad a una sinuosa travesía descendente. En este lugar, dos nuevos edificios centrales se anclan sobre muros que escalonan terrazas para campistas, algunas preexistentes y otras añadidas. Uno de los edificios (recepción y tienda) se orienta hacia el acceso, el otro (restaurante) se despliega hacia la orilla. Los escalones y muros, que en ocasiones se dilatan para contener pequeños pabellones auxiliares, han sido construidos mediante tapia prefabricada, piedra de “Sènia” local y hormigones erosionados por el agua. Esta suerte de topografías artificiales aparece como una infraestructura que sugiere un lento porvenir—unas obras fragmentadas a lo largo de años para no interferir en la operativa del camping—mientras abraza viejos pinares sombreados, jardines aromáticos habitados por comunidades vegetales autóctonas, una multiplicidad de pérgolas, cañizos y parras transpirables, agrupaciones de cabañas de madera (24 nuevos bungalows), y una amplia diversidad de lugares para el deleite veraniego; ya sea cenando sobre alfombras de piedra, disfrutando de la brisa con los pies enterrados en arena o buceando en una piscina embebida en una cala delante del mar—lugares, todos ellos no-naturales, medio encontrados y (re)construidos por este proyecto.

El tiempo como herramienta para un devenir gradual 

En algún momento tardío de otoño, cada año, se abre una ventana de entre 4 y 6 meses pare realizar pequeñas obras de mejora, ante la deseada fecha primaveral de apertura de temporada. En este marco temporal se ha desarrollado a lo largo de los últimos años —y seguirá siéndolo en los próximos— una lenta, troceada y gradual transformación del camping Alfacs. No existe “un” proyecto que algún día deba estar acabado, sino que un repertorio de estrategias y actuaciones infraestructurales han dado lugar a un proceso que se sabe y se quiere inacabado, en constante transformación. Este repertorio empieza por la construcción de viejas y nuevas terrazas escalonadas: muros y plataformas que servirán como soportes cuasi-permanentes de arquitecturas ligeras venideras (ya sea en forma de tiendas textiles, pérgolas o bungalows) que se apropiarán de cada lugar de forma transitoria. Frente a concepciones objetuales unitarias, se propone un proyecto de proyectos o, dicho de otro modo, un archipiélago de actuaciones diversas, en cierto modo autónomas, facilitando así una gradual implementación año tras año, y haciendo posible “cambios sobre la marcha”.

 

Celebración, disfrute y cuidados al aire libre

Se construyen hábitats deliberadamente ambiguos, entre exterior e interior, muy diversos, tan amplios, comunitarios y soleados como íntimos y umbríos, ofreciendo rincones, topografías, porches, piscinas y jardines, en una concatenación espacial que dota de vitalidad este paisaje vacacional. Los edificios centrales levantan grandes naves de convivencia y encuentro bajo visibles cubiertas inclinadas de teja. Los pabellones auxiliares se plantean como discretas crujías infraestructurales que acogen y dignifican distintas actividades del día a día y el cuidado de los habitantes del camping: lavado de ropa y vajilla, limpieza de pescado, higiene personal y de animales domésticos, lavado vehículos, etc. Estos espacios se abren a una suerte de jardines comunitarios, porches recogidos y umbráculos donde se emparra la vegetación, convirtiendo los cuidados servidores en actividades lúdicas y placenteras. Ante las ondulaciones de una orilla rocosa, se reconoce la topografía existente de lo que (al parecer) habría sido una pequeña cala, urbanizada y ocupada por parcelas de camping hace más de cincuenta años. El rellenado de esta cala por arena de sílex y una piscina embebida contra un muro de contención circular, responde al deseo colectivo de disfrutar de una pequeña playa a resguardo de la mar. 

 

Soporte mineral: trozos de Senia, muros de tapia y hormigón erosionado

La materialización de los soportes cuasi-permanentes se plantea mediante construcción mineral. Una topografía de alfombras y recorridos rodean jardines y terrazas al aire libre. Se construyen con piedra de una cantera a escasos 10 km—Sènia—incorporada en todos sus posibles formatos desde su extracción, evitando la generación de material de escombro: piedra cortada estándar para identificar pequeñas alfombras como puntos de encuentro, piedra rota de desperdicio embebida en un pavimento entre aleatorio y reglado, piedra en su formato de gravas y arenas tanto para suelos drenantes, como para el árido visto de pavimentos, pilares, dinteles y muros de hormigón “lavado” y tintado en masa—un hormigón erosionado por el agua, análogo al encontrado del viejo muro del linde de costa. Los demás muros de carga se erigen mediante bloques prefabricados de tierra compactada, en un formato horizontal y aparejo que—en el detalle—explica su lógica tectónica, a la vez que enfatiza la trabazón del conjunto monolítico en la distancia. 

 

Termodinámica vernácula: inercia y transpiración

Sin complicaciones, la construcción mineral de las edificaciones centrales, de gran inercia térmica, con paredes transpirables—no sólo por sus celosías, sino también por su consistencia material—garantiza el confort térmico en los calurosos mediodías veraniegos. Una calidad atmosférica que se ve reforzada por la apertura de los espacios hacia filtros constructivos y vegetales, porches emparrados y cañizos, bajo la sombra de pinos y algarrobos, aprovechando la evapotranspiración y humedad ambiental. Los bungalows se construyen como cabañas de madera, con una envolvente ventilada de tablones aserrados sujetados a un exoesqueleto que, además de porche, sirve como soporte de placas fotovoltaicas.

Participaciones en arquia / próxima

IX Edición 2022-2023