En un primer lugar la casa se posa sobre un terreno llano y gira hasta buscar la posición más alta del sol. El eje norte-sur es su orientación principal.
Deconstruimos un prisma básico que contiene las funciones de una casa desarrollada en dos plantas. Se estudia una composición espacial de planos horizontales y verticales que se adelantan y se retrasan para protegerse del sol, como grandes viseras.
De esta forma la cara caliente y la cara fría de la casa generan un movimiento de aire interior a través de canales interiores, aclimatando la casa en verano, y recogiendo el calor en invierno de forma natural a través de los ventanales a sur.
La sección transversal actúa como una gran chimenea.
En el sur, los planos horizontales generan la sombra. En la orientación oeste, los muros son blancos y responden frente al calor del verano, y las ventanas se alargan para protegerse del sol horizontal de la tarde y canalizarlo en la cubierta superior.
Todo ese movimiento exterior de los muros se refleja en el interior. Las habitaciones son estancas y vuelcan a un espacio único que se subdivide en espacios según la altura de los techos. Un espacio bajo y recogido para un salón y para un estudio, un espacio alto y aéreo para comer y reunirse con amigos ,un espacio elevado para tocar el piano y leer, una terraza exterior para desayunar y divisar el paisaje.
El jardín exterior consta de una gran alfombra verde de césped con olivos estratéjicamente situados para verlos desde el interior de la casa, de esta forma las visuales se alargan y el espacio se expande hacia el exterior, ampliándolo. Al atardecer ,una luz alta y horizontal se cuela entre las cubiertas hacia el interior.