Esta investigación se origina desde la intuición de que los programas docentes que articulan la enseñanza del Proyecto de Arquitectura no aciertan a explicar el conjunto de operaciones que suceden durante los procesos de enseñanza universitaria. En el mejor de los casos describen una serie de temas en torno a los cuales queremos estar juntos. De esta manera, muchas de las prácticas estudiadas exceden de los límites y presupuestos desde los que fueron pensadas y diseñadas, a la vez que despliegan con gran acierto una voluntad instituyente que las sitúa en el campo de la acción política.
Conviene recordar que como en todo proceso teleológico, los procesos docentes suponen la construcción de una ficción desde la que operan, y a la que de un modo u otro se remiten constantemente. Es decir, que las ficciones con las pensamos el mundo son activas, además de constituir nuestra principal hipótesis de trabajo. Su oportuna puesta en carga y la mayor o menor eficacia conseguida marcarán la evolución de la ficción, hasta ser, llegado el caso, completamente sustituida por otra.
Por lo tanto, este trabajo rechaza la condición de simulacro a que a menudo se ven reducidas las prácticas docentes de la arquitectura, negando la capacidad política que tiene el aula como espacio específico de acción. La propia investigación acaba arrojando conclusiones paradójicas como que el aula no es un lugar propicio para el aprendizaje, o que la actividad en el aula es una práctica arquitectónica de pleno derecho, en el sentido que de que no antecede ni mejora el acceso a una realidad principal posterior.
La hipótesis inicial de trabajo afirma que habría sido el carácter eminentemente reproductivo de las relaciones entre órganos profesionales y órganos académicos el que habría garantizado a lo largo de buena parte del siglo XX el diseño del arquitecto tal y como lo conocemos hoy en día, en que algunas cuestiones importantes como el liderazgo, la identidad, o la reflexividad no han sido suficientemente debatidos, o al menos no han sufrido evoluciones significativas, hasta el punto que podemos afirmar que el arquitecto de principios del siglo XX es muy similar al arquitecto que conocemos hoy en día.
Desde un punto de vista metodológico ha sido fundamental desvelar algunas de las relaciones que se dan entre las transformaciones de la cultura contemporánea y el hecho docente, y en especial como éste se articula en la Universidad para dar forma a la enseñanza del Proyecto Arquitectónico, en el marco de la presente crisis económica y ambiental, así como de los procesos de incorporación de España al Espacio Europeo de Educación Superior.
Así, las prácticas formuladas por las teorías poscoloniales o los estudios culturales nos parecen fundamentales como vías de interpretación del presente radical. Su habilidad para situarse en los espacios in-between entre distintos campos disciplinares sin abandonar una gran exigencia emancipadora los convierten en ejemplos especialmente útiles para el tipo de conclusiones que andábamos buscando.
El trabajo bascula por tanto entre las nociones de identidad y de experiencia, que acabarán legitimando la pertinencia de trabajar en el contexto universitario con Modelos Docentes de más envergadura que los meros programas académicos, y en cualquier caso más capaces de incorporar los cambios de paradigma que de hecho ya están operando en el mundo de lo real.
Aparecerá como apoyo recurrente para superar las dificultades teóricas del trabajo, la construcción de evidencias de lo realizado durante este período, mientras que las alternativas se configurarán como agenda de trabajo para los próximos años, en un esfuerzo de reconstrucción colectiva permanente.
El resultado de esta tesis se orienta a la descripción de un futuro deseable para lo que hemos dado en llamar Modelo Alicante, que alude al grupo de personas, experiencias y resultados que han aparecido vinculados a la enseñanza del Proyecto Arquitectónico en el marco de la Universidad de Alicante, durante los 15 años que median entre 1997 y 2012. En el transcurso de este devenir, se habrían vislumbrado unas condiciones identitarias necesarias cuya relación con los procesos de producción del presente radical habrían determinado el alcance y la efectividad de nuestras prácticas docentes.
En el epílogo final se concentran algunas pautas de trabajo que delimitan nuevos territorios de búsqueda activa por el presente, compromisos que no se quieren determinantes o excluyentes. Se trata de someras pistas presentadas a modo de lista inacabada, generada con la pública ambición de constituirse en agenda de trabajo. A pesar de su aparente contingencia aspiran a tener una vigencia limitada, a la vez se configuran como resortes operativos para interrogarnos sobre el trabajo que estamos desarrollando en el Área de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad de Alicante.
Juntas, suponen la descripción de unos retos apasionantes en los que las Escuelas de Arquitectura y los Colegios Profesionales, los estudiantes y los profesores, modulan una relación ambiciosa y comprometida con nuestro presente, siempre a partir de lo realizado y de lo observado.