Eduardo Souto de Moura
Perteneciente a una familia culta y conservadora de Braga, Eduardo Souto de Moura es el tercer gran representante, tras Fernando Távora y Álvaro Siza, de la que se ha llamado ‘Escuela de Oporto’. Pese a su estrecha relación profesional y biográfica con Siza, Souto de Moura eligió expresarse en un idioma distinto, y la influencia de Mies van der Rohe se advierte desde sus primeras obras, el Mercado de Carandá en Braga o el Centro Cultural Casa de las Artes en Oporto, proyecto este último en el que cristalizó su lenguaje característico, que se depuraría en los encargos residenciales de los años ochenta. El éxito de las casas realizadas entonces facilitó el tránsito hacia encargos de mayor envergadura: la Alfândega Nova en Oporto, un formidable edificio de impecable lógica estructural que transformó en centro de exposiciones y congresos; los dos conventos en ruinas que adaptó a usos residenciales, el de Santa María do Bouro y el de las Bernardas en Tavira; o el conjunto La Pallaresa en Santa Coloma de Gramenet, casi metafísico en su introvertida abstracción. En su etapa más reciente, Souto de Moura ha enriquecido su lenguaje formal con obras como la escultórica Casa do Cinema, el cálidamente cromático Museo Paula Rêgo o la que es quizá su realización más importante, el Estadio de Braga, que monumentaliza la técnica en el emplazamiento abrupto de una cantera, culminando una trayectoria alimentada a partes iguales por la sensibilidad y la inteligencia, y que sería recompensada con el Premio Pritzker en 2011.
Fotografia, retrato Souto de Moura, por Sofia Moro, ElPais
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