El desarrollo urbano en Gran Canaria se está generando o está creciendo actualmente
en forma de mancha de aceite, apoyándose en la infraestructura viaria. El crecimiento
descontrolado a lo largo de las vías, está generando un tejido urbano de desarrollo lineal
que deja unos espacios rurales abandonados a modo de “bolsas”, aisladas en medio de
toda esta urdimbre de viario y edificios.
Estas “bolsas” es territorio agrícola que progresivamente se ha ido abandonado y deteriorando.
Sin embargo, al igual que actualmente el viario conforma una red sobre la que
desarrollar el tejido urbano, antiguas redes como instalaciones hidráulicas (acequias,
cantoneras, etc...) conformaban o servían de red sobre la que desarrollar tejido residencial
rural. El reto contemporáneo consiste en ver si somos capaces de “reactivar” estas
antiguas redes rurales para que sean capaces de generar de nuevo tejido residencial.
Para ello, conceptos como reutilización de aguas, captación, reutilización de energías,
prefabricación etc..., no nos deben ser ajenos para abordar con éxito la colonización de
estos espacios agrícolas. La propuesta plantea un tipo de asentamiento rural, donde la
alta densidad (factor de vital importancia en un territorio limitado como son las Islas
Canarias), tanto en desarrollo horizontal como en vertical se combinan para generar
nuevos tipos de entender y realizar una vida urbana íntimamente ligada a los cultivos y
al disfrute o explotación de los mismos.
¿Somos capaces de habitar un territorio rural con las exigencias actuales según los diferentes
estilos de vida?. ¿Es compatible el habitar contemporáneo con actividades como
cultivar o vivir del campo?. ¿Somos capaces de colonizar estos entornos sin degradarlos,
e incluso ser tan eficientes energéticamente como para plantearse no necesitar apenas
recursos energéticos externos?......
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