A lo largo de mi vida y desde que jugaba con “legos” y “mecano” cuando era niño, he querido ser arquitecto. Con el paso del tiempo, ese gusto de jugar y crear se convirtió en un deseo de llevar aquellos modelos a un mundo más real. Esta actividad ayudó a desarrollar mi creatividad desde muy temprana edad, y es una de las razones por las cuáles decidí estudiar Arquitectura. Es increíble tener el “poder” y la capacidad de crear espacios que nunca han sido habitados y contar con la habilidad de darle vida a un boceto que alguna vez fue dibujado en papel.
Como estudiante de Arquitetcura tengo sueños, tal vez algún día abrir mi propio despacho, trabajar junto a un arquitecto reconocido o en un futuro ganar premios, trascender y hacer historia, escribir libros y que mis proyectos sean publicados en diferentes sitios. Sin embargo, todo es parte de un proceso, el cuál estoy dispuesto a tomar.
La ambición de querer ser alguien importante en el mundo de la Arquitectura y de intentar destacar por mis proyectos, me han llevado a un punto en el que mi creatividad a la hora de diseñar, siempre busca la manera de innovar y diferenciarse de los demás. Desde que estudio Arquitectura me he convertido en una persona apasionada por la profesión, obsesionada con el diseño, por el detalle, y es precisamente esa pasión la que quiero hacer crecer día a día, y de igual manera, contagiarla a mis compañeros. Soy un estudiante que tiene amor y compromiso por esta profesión y no me canso de aprender de ella.