¿Quién teme al bloque feroz?

En el ámbito del distrito marítimo de Valencia encontramos varios edificios de vivienda social construida en las décadas de los 40 y 50. En la actualidad, algunos de estos grupos han estado rehabilitados pero muchos de ellos siguen asociándose a lugares de conflicto urbanístico y social, estigmatizados como un problema de difícil solución que no merece la pena afrontar.

Este es el caso del Grupo Ruiz Jarabo proyectado por A.Tatay entre 1949 y 1952 para trabajadores del Puerto en el desaparecido barrio del Hoyo. Se trata de un bloque de grande escala (borde 90 m de longitud de 7 pisos) y poco agraciado estéticamente situado estratégicamente en la Cabañal entre la Lonja de Pescadores, la Casa de los Toros y el Paseo Marítimo. Actualmente es percibido como un lugar marginal. Eso es consecuencia de su progresivo deterioro porque se encuentra marcado desde hace 15 años en la zona de afección urbanística del vigente Plan de Protección y Reforma Interior del Cabanyal-Canyamelar que propone su demolición para poder prolongar la avenida de Blasco Ibáñez desde Valencia hasta la playa.

En este contexto de incertidumbre y vulnerabilidad, desarrollamos desde 2010, a iniciativa personal, sin encargo, nuestra propuesta de rehabilitación del bloque: un golpe de efecto pertinente que visibilice un pensamiento revitalizador capaz de generar un cambio de actitud frente este patrimonio de viviendas sociales, estigmatizado por su condición y sin embargo, signo referencial del Cabañal. Por eso mismo, su recuperación vital se puede convertir en un símbolo con efectos positivos por el resto del barrio, finos el punto de abanderar su futuro rehabilitado.

En la actualidad, de los 168 viviendas que conforman el bloque, aproximadamente unas 50 son de propiedad particular después de la concesión que tenían en su origen. Las otros han pasado a ser de titularidad pública (Ayuntamiento, IVVSA), algunas tapiadas, otras alquilados o incluso, ocupadas. En este contexto, sus habitantes, en su mayoría, gitanos, comienzan a reivindicarse como una vecindad compacta, activa y positiva para el barrio.

De aquí la oportunidad de iniciar un proceso catalizador de su rehabilitación mediante una gestión compartida entre vecindad, administraciones, universidades y otros agentes o iniciativas, con la finalidad de completar este proyecto que habite las viviendas vacías con una posible residencia de estudiantes y que resuelva arquitectónicamente a medio plazo los problemas de espacios comunes, exterioridad y permeabilidad de la planta baja mejorando la calidad de vida, no solamente de sus habitantes, sino que derive optimismo para la rehabilitación del barrio histórico que le acoge, el Cabañal.