Un taller de barbería basa su éxito en la optimización. Al analizar y dibujar las acciones que Sergio realizaba durante un pelado, descubrimos que sus movimientos eran prácticamente iguales siempre. Las secuencias no varían, las herramientas usadas y su orden de utilización son los mismos. Solo encontramos pequeñas variaciones, desórdenes, en la cogida y suelta de algunos elementos.

Se clasificaron todos los elementos presentes en un puesto de trabajo, su disposición y la distribución de los mismos. Frente a la diseminación de mobiliario y cajas con herramientas, la intervención plantea un mueble propio que organice todos los objetos y útiles a partir de una altura cómoda de trabajo. Cada puesto debe contener todo lo necesario para realizar la tarea del barbero, optimizando tiempos de búsqueda y organizando el espacio.

La intervención busca el acuerdo entre la modulación estructural del lugar y el mobiliario propio de la disciplina. En planta se genera una retícula que nos sirve para regularizar el local e introducir un elemento continuo que resuelva las necesidades del programa. Igualmente, en altura, la misma retícula nos sirve para definir las cotas de los distintos usos. Un banco de espera tendrá 45 cm, la altura de las encimeras serán de 90 cm, los espacios de almacenamiento se dispondrán a 90, 135 y 180 cm respectivamente y las estanterías expositivas que delimitan el aseo y marcan la altura total del mueble llegarán hasta una altura de 225 cm.

De 3 a 5 puestos de barbero, talleres con aprendices y clases maestras, sala para una tatuadora, showroom expositivo y de venta, club de eventos nocturnos... La estructura unitaria que resuelve la intervención asume esta diversidad de usos y se adapta ante futuras necesidades a partir del movimiento de los espejos y mediante la introducción de un gran portón móvil que permite añadir un espacio privado al fondo de la sala. Este espacio puede utilizarse como almacén, cuarto de tatuajes o reservado según el momento, las necesidades y el uso que se le dé al taller.

La materialidad del proyecto viene definida por el acabado del propio material. Toda la intervención se realiza con perfiles metálicos de 20 y 40 mm,  y chapa de acero laminado en frío de 1,5 mm de espesor. Estructura del mueble, lavamanos, papeleras, portaobjetos, lámparas que sostienen a las luminarias… fueron realizadas in situ, con el mismo material y por el mismo herrero, quién tuvo que utilizar 827 metros de perfiles metálicos y 3.088,53 kg de acero.