Cortar para entrar.
El edificio se ubica en una parcela triangular a las afueras del casco urbano y su disposición responde a los condicionantes urbanos y los flujos del lugar donde se sitúa. Este se ha resuelto por medio de dos volúmenes que se articulan – se deslizan – sobre un patio central orientándose en la directriz del eje norte-sur urbano. Sobre esta directriz, que articula el conjunto de la edificación, se ubican los accesos del edificio: el acceso público al norte, punto de llegada desde el casco urbano y donde se conforma una nueva plaza, y el acceso de los agentes, a sur.
Los volúmenes se sitúan al fondo del solar, liberando la parte norte del solar para definir el nuevo espacio público que califica la llegada del edificio institucional, acotando a sur una zona de uso privado, donde se desarrolla una calle de uso interno que conecta los dos viales adyacentes.
Cerrarse para abrirse.
El programa se ha resuelto con un cuerpo edificado de 2 plantas al oeste y un cuerpo bajo de una planta a este, los dos mirando hacia el espacio central. El edificio se plantea con un lenguaje fácil y comprensible, y su formalización refuerza la idea de axialidad. Mientras que las fachadas exteriores (de paneles de resinas termo-endurecidas de color blanco) se expresan más lisas, opacas y masivas, las fachadas interiores se texturizan con chapa minionda microperforada de color azul, explicando el ‘corte’ producido por el porche central (de chapa roja) que explosiona el conjunto y genera el vacío del patio. Los colores utilizados son los colores institucionales de este cuerpo de policía, hecho que permite una fácil asociación del edificio con su uso.
El porche, que avanza sobre la plaza, señala el acceso público y retrocede a sur para acompañar el acceso de servicio. El patio refuerza y facilita la organización del programa, permite mejorar la calidad del espacio interior y el funcionamiento higrotérmico del edificio.
Compactar para optimizar.
Los espacios se colocan y conciben para tener un asoleo óptimo y controlado, ubicando todos los despachos en fachada y los espacios servidores en espacios compactos interiores. Prevalece la iluminación y la ventilación en todos los ambientes y espacios. Las superficies acristaladas se optimizan para los distintos espacios, siendo modulares y totalmente practicables para ventilación y limpieza. La altura varia según las necesidades del espacio (vestuarios, despachos, descanso-estar, …), evitando huecos excesivos en las orientaciones desfavorables y optimizando las necesidades lumínicas con las ganancias térmicas en invierno y el control solar en verano, mediante protecciones a base de lamas.
Las soluciones constructivas, parcialmente pre-industrializadas (estructura metálica, fachadas ventiladas de paneles sintéticos, cubiertas flotantes, sistema modular de mamparas, etc.) se han diseñado para permitir su construcción en solo siete meses.