El edificio existente
Can Font es una masía situada en el actual núcleo urbano de Corró d'Avall, en la carretera  de Ribes, entre esta y la línea férrea Barcelona-Sant Joan de les Abadesses.
La masía es la tipología arquitectónica más presente en el catálogo de patrimonio de Les  Franqueses, representativa del importante pasado agrícola del municipio. Es por esta razón que Can Font tiene valor como testimonio histórico y como expresión de la memoria colectiva del pueblo.
Aunque hasta hace poco tiempo se mantenía como una edificación aislada, envuelta de campos de cultivo y la era delante de la fachada de mediodía, actualmente se encuentra en medio de un sector en plena urbanización, emplazada entre edificios nuevos. La nueva ordenación negó a la masía el espacio libre enfrente de la fachada histórica a sur, que pasaba a ser una fachada lateral, mientras que una de las fachadas laterales, sin interés  arquitectónico, la que hacia frente a la nueva plaza, se convertía en 'principal'.

Objetivos de la intervención
El proyecto ha dado respuesta a tres objetivos principales:
1. Realizar las modificaciones necesarias en el edificio para adecuarlo a los nuevos requerimientos funcionales como centro cultural: talleres de artes, aulas de nuevas tecnologías y una sala polivalente.
2.Dotar al edificio del carácter de representatividad  que debe tener un equipamiento público de estas características, preservando su valor patrimonial y haciendo compatibles su singularidad con la definición de una imagen más contemporánea.
3.Rehabilitar el edificio corrigiendo sus patologías, respondiendo a los requerimientos de confort y sostenibilidad y adecuarlo a las normativas vigentes.

Accesibilidad
El nuevo entorno urbano y la voluntad del ayuntamiento de convertir la fachada de la nueva plaza (hasta la actualidad una fachada secundaria sin relevancia) en fachada principal y de acceso al equipamiento hicieron necesario dar un vuelco al edificio. No se trataba únicamente de dotar la nueva fachada de la representatividad que requiere un equipamiento público, sino que también debía resolverse el nuevo acceso. Un acceso que entraba en contradicción con la puerta histórica, obligando a corregir la anomalía de entrar en sentido opuesto al que pide la estructura de muros portantes de una masía.
El proyecto plantea el acceso por la parte meridional de la nueva fachada principal, cerca de la puerta histórica, de forma que la disposición de un cancel situado de forma perpendicular a la primera crujía de la masía, conduce al eje de la crujía central, delante de la puerta histórica (que también puede ser utilizada como posible acceso). La disposición del nuevo cancel permite recuperar la centralidad perdida y desarrollar el programa de manera coherente con la estructura pre-existente del edificio. Esta solución facilita que el vestíbulo mantenga la relación con el antiguo espacio de la era, ahora un jardín más reducido para uso del propio equipamiento, sin renunciar a la vinculación con la nueva plaza. Esta idea de relación interior – exterior se refuerza con la continuidad del pavimento de piedra. La representatividad del acceso se refuerza con un porche de entrada, que se sitúa de forma asimétrica a la fachada, gravitando hacia la fachada histórica, y al mismo tiempo acota el nuevo espacio de jardín en la antigua era.

Representatividad
Uno de los objetivos de la intervención era dotar de más representatividad al edificio, sin ‘dañar’ sus valores históricos más característicos. La intervención sobre las fachadas ha intentado dotar al edificio de un necesario aire de contemporaneidad, respetando al mismo tiempo la comprensión de su imagen tradicional. Esta doble voluntad, se ha traducido formalmente en una doble piel. La piel histórica de la masía, que se ha revocado con mortero de cal de color, se ha mantenido inalterada, expresándose plenamente en la fachada sur, que se rehabilita integralmente. Para responder a las necesidades lumínicas del nuevo programa se han abierto nuevas aberturas en las tres fachadas de reducido valor patrimonial. La abertura de estos nuevos agujeros se ha basado en uniformizar y regularizar el ritmo de las ya existentes. Estos nuevos huecos conservan las proporciones verticales de las existentes. La segunda piel, una celosía de lamas de madera, neutra, se sobrepone al volumen preexistente en tres de sus cuatro fachadas, sin modificarlo, entendiéndose como una intervención añadida, escondiendo los nuevos huecos y garantizando el control lumínico. En planta baja esta segunda piel es metálica, de acero corten estabilizado, pues hace de reja y garantiza la seguridad frente la intrusión.

Patrimonialidad
Esta voluntad de valorización patrimonial se mantiene en las actuaciones interiores del edificio, tanto a las decisiones programáticas, como en las soluciones constructivas y en la forma de integrar las instalaciones. La disposición del programa en el sentido de las crujías, liberándolas de paredes divisorias, permite que el usuario tenga una lectura clara de la estructura tradicional del edificio. En estas salas se respetan los techos con vigas de madera, que se consolidan y potencian, igual que la textura de las paredes históricas, huyendo de intervenciones demasiado ‘finas’ que desvirtúen las superficies históricas. Así como la disposición de la sala bajo cubierta, donde se respeta, aunque se rehaga, la forma a dos aguas de la cubierta, la estructura de madera y la presencia de la galería como elemento mixto entre interior y exterior, importante desde el punto de vista climático. La formalización de la galería y del cuerpo de servicios, que no entregan a la cubierta, permite reconocer la envolvente como un todo y potenciar aún más su imagen.

Rehabilitación
La rehabilitación, tanto por lo que se refiere a la elección de materiales como de técnicas (reconstrucción selectiva, uso de biosales, técnicas tradicionales de mortero de cal, reaprovechamiento de tejas para la reconstrucción de la cubierta, uso de tableros de cubierta de madera reciclada, uso de lana de roca para aislar, sistemas de construcción prefabricada y uniones en seco para las nuevas divisiones interiores y trasdosados, …), busca responder a los condicionantes de durabilidad de los materiales y al fácil mantenimiento, así como a requerimientos de sostenibilidad.