La presente propuesta parte de un profundo arraigo en la tradición arquitectónica andaluza y de una profunda preocupación por no hacer de este edifico el claro ejemplo de artefacto resultado de la suma de diferentes sistemas ecológicos. Se ha tratado en todo momento de utilizar dichos sistemas como elementos de composición fundamentales en la formalización de la propuesta.

Como elementos clave de composición se ha recurrido a los efectos que provoca la lacería árabe. Elemento de composición que no sólo servía para ver sin ser visto sino también como artefacto fundamental de difusión de la radiación solar incidente. Será ese efecto el que produzca la piel multicapa de nuestra fachada planteada como cobertura flexible que se adapta al cuerpo fundamental de la edificación buscando un efecto similar al que realizan con sus obras los artistas Christo y Jeanne-Claude con sus famosas edificios envueltos (p.e. el que hicieron en el parlamento alemán en el año 1995). La diversa sucesión de capas, al igual que en la arquitectura musulmana a la vez de dotar de profundidad a la fachada proyectando sombras y luces unas capas sobre las otras ayuda también a tener un elemento de transición ventilado entre el interior y el exterior. La abstracción de este concepto tan andaluz ha sido llevado hasta sus últimas consecuencias buscando en todo momento dotar al edificio del carácter emblemático que intrínsecamente lleva asociado a su uso. Esta piel que todo lo envuelve narra el paso de las estaciones con los cambios morfológicos que en ella se producen. Huecos a la escala apropiada a este edificio serán abiertos directamente para permitir la vista desde el interior sin ningún obstáculo. Se pretende que en el interior de las áreas de trabajo predomine la luz difusa pero que ello no impida poder asomarse y contemplar el entorno.

Además de los beneficios psicológicos que en los trabajadores tendrá esta masa verde hay que sumar los beneficios ecológicos que trae consigo una propuesta como esta (fijación del polvo, reducción de la radiación incidente en el interior de los despachos, reducción de la luz-energía reflejada hacia el entorno urbano,...)

Elemento clave no sólo de composición sino también de organización y de entronque con la tradición andaluza será el patio central de la propuesta. Hemos huido del planteamiento de un atrio-distribuidor por no considerarlo apropiado ni cultural ni climáticamente adecuado a esta latitud. Planteado como elemento fundamental de iluminación y ventilación sobre este cuerpo colgarán tres chimeneas de luz y viento. Según las condiciones de viento y temperatura funcionaran para introducir o extraer aire en el interior del edificio, siempre jugando con los vientos dominantes y el efecto chimenea.

Estas sucesiones de espacios llenos y vacíos, interiores y exteriores, que rodean y a su vez son rodeados permiten jugar con los volúmenes, las luces y las sombras que deslizan en las paredes.