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  • Salvador Prieto Castro

    Concurso 2015

UNA TORRE PARA VOLAR

Imaginemos un individuo que decide olvidar su pasado, alejarse de la ciudad, y arraigarse en una construcción donde establecer su retiro, un lugar para escribir historias, como un monje en su celda, un lugar para releer las notas a pie de página de cada uno de sus libros, para rescatar recuerdos imprecisos de los márgenes de la memoria.

Tal vez la torre aparezca como el retrato de este mismo individuo. Así como el escritor se ve representado en su personaje, o el agricultor en su cosecha, el constructor lo hace en su atalaya.

En su crecimiento la obra va dando respuesta a los deseos de nuestro individuo, unos brazos que parecen acoger la llegada, una rampa que induce a un lento acceso, en el que es necesario bajar antes de subir. Entonces, tras asentarse en el terreno, la torre empieza a crecer: primero, un punto donde guardar los enseres, para después encontrar un espacio interiorizado, pero donde es posible alzar la mirada y evadirse hacia las nubes, un gran vacío interior capaz de ser iluminado por los rayos de sol. Unos límites espesos donde vivir, alojarse, estudiar o dormir. El contacto con el exterior nunca es inmediato ni casual. En última instancia, en el punto más alto, es posible volver la vista y encontrar la ciudad en la lejanía. Un lugar que nos recuerde al globo de Edgar Allan Poe en Mellonta Tauta,  a los árboles de Cosimo en El Barón Rampante o el campanario de Hawthorne en Sights from a Steeple, donde imaginar el bullicio diario de la distante ciudad y recobrar los sucesos de cada día. Un ascenso, al final, para reconocer lo propio. 

Salvador Prieto Castro

Arquitecto
E.T.S. A - Sevilla - US
SEVILLA | ESPAÑA