CMYK es el nombre del proyecto de reforma integral de una vivienda-estudio stiuada en un bloque de 1917 típico del barrio de Palos de Moguer, en Madrid.
El nombre del proyecto responde a la idea de crear un hábitat de espíritu “neo-neoplasticista”, jugando con un lenguaje sencillo de línea, color, reflejo, luz y abstracción.
El espacio acoge los usos típicos de vivienda, una estancia, baño completo, cocina, dormitorio y un espacio que puede ser un estudio, dormitorio ocasional o darle cualquier otro uso deseado con caracter temporal o permanente.
Podríamos definir el proyecto como un contenedor neutro con unos volúmenes grises que se descomponen parciamente, en planos de color estratégicamente situados, para tener presente el color en todas las visuales del espacio. Dichos volúmenes, contienen el almacenaje, los aparatos de cocina y baño.
La superficie útil total ronda los 50 m2, pero multiplica su sensación debido a los grandes planos de espejo móviles que dividen la primera crujía. Estos reflejan el exterior, el interior y ofrece nuevas visuales según el punto de vista. También abren, cierran espacios y se desplazan, con el propósito de dar respuesta a las necesi-dades de un día a día cambiante que requiere, vivir, trabajar, almacenar y compartir sin renunciar al placer estético.
Geométricamente el proyecto sigue un orden cartesiano con los mínimos trazos paralelos y perpendiculares entre si, apareciendo como único elemento disruptivo la isla funcional de cocina, girada 45º respecto a la geometría natural de la casa, creando nuevo orden en el espacio. Dicho elemento, abre miradas, aumenta el perímetro útil y crea un momento inesperado de sorpresa.
La iluminación de la casa se soluciona en tres capas. Una luz genérica mediante focos empotrados y focos orientables, luz decorativa con carácter industrial en linestras y otros apliques de pared, y una luz muy cálida indirecta de ambiente que añadimos sobre los volúmenes de color que no tocan el techo.