Desde el distrito de Sarrià-Sant Gervasi llegó a nosotros este proyecto de reforma interior. Nuestra clienta, una chica joven con las ideas muy claras, tenía una premisa de proyecto muy concreta; el piso iba a ser para ella sola pero había que pensarlo como un futuro piso familiar.

Los antiguos propietarios dejaron el piso en aparente buen estado. Habían ido realizando intervenciones parciales con un resultado poco unitario, con soluciones puntuales a problemas concretos como la incorporación de la terraza hacia el interior mediante cerramiento pesado, la reforma de cocina y baños o la instalación parcial de aire acondicionado. En un análisis sobre plano detectamos las consecuencias de una falta de visión de conjunto; distribución irregular, retranqueos de difícil acceso e incluso un doble acceso a la vivienda, algo innecesario para el uso actual. Con todo este cóctel nos propusimos devolver orden y regularidad a los espacios conformando un escenario neutro para un proyecto de vida a largo plazo.

Primer paso, reorganizar la distribución interviniendo cautelosamente en los muros de carga del edificio. Anular uno de los dos accesos y entrar a la vivienda a través de un único recibidor. Aprovechamos los metros ganados para colocar un aseo de cortesía. Este nuevo espacio de acceso se convirtió junto a la cocina en el corazón del piso, en el punto de conexión entre todos los espacios tanto visual como espacialmente.

Con la cocina en posición central recuperamos la relación visual con los demás espacios colindantes, pero a la vez mantuvimos la posibilidad de independizarse del resto de la vivienda. La puerta corredera y la ventana de guillotina de vidrio, que se integran coincidiendo con las traseras de los muebles altos, consiguen aislar la cocina o adaptar el uso para desayuno o barra abierta.

Mediante tres intervenciones en las zonas comunes conseguimos devolver la regularidad y la iluminación original al salón. Organizamos un espacio intermedio donde ubicar la despensa, la televisión y el pequeño almacenaje del salón, suprimiendo así el gran retranqueo que presentaba. Integramos los dos conductos de chimenea de los pisos inferiores diseñando una estantería modular de chapa de acero lacado a partir de la anchura de estos conductos. Finalmente liberamos de nuevo el espacio de la terraza consiguiendo unas vistas sobre la zona alta de la ciudad mucho más despejadas.

La habitación principal, con un cabezal en continuidad con el nuevo suelo, mantiene la secuencia de dormitorio-vestidor-baño. En la zona interior del piso vimos necesario suprimir la antigua habitación de servicio, irregular y maltrecha, consiguiendo una habitación para lavado y secado de ropa y respetando las dos grandes habitaciones existentes en el extremo opuesto al salón.

Con esta intensa reorganización y recuperación de espacios, el piso se adapta a las necesidades actuales de la clienta, pero sin perder la capacidad de adaptación a una futura vida en familia.