La vivienda en O Pinar es un proyecto de reforma y ampliación de una vivienda unifamiliar construída en los años 70, cuyo proyecto original fue del arquitecto Fernandez-Gago. Se trata de una construcción de planta baja situada en la urbanización O Pinar, Oleiros. Originariamente tenía cuatro habitaciones, salón – comedor, cocina y garaje para un coche.
A lo largo del tiempo se ha ido transformando, perdiendo el garaje y una de las habitaciones creando una biblioteca y ampliando el salón a una de las habitaciones. Debido al programa planteado por los nuevos residentes, el esquema vuelve a las 4 habitaciones, aunque si se mantiene la biblioteca en el espacio que antiguamente era garaje.
Este espacio se diferencia principalmente porque se encuentra a una cota más baja que el resto de la casa. Conjuntamente a este espacio, la habitación principal se abre más a la fachada sur, mediante un apéndice nuevo que sale de la fachada, ganando espacio interior y marcando el hueco exteriormente.
La estética esencial de la casa se mantiene exteriormente. Se mantiene la terraza y el zócalo de piedra, la fachada en color blanco y la cubierta de pizarra. Se renuevan pequeñas partes de la cubierta, como los canalones, en aluminio anodizado negro, a juego con las carpinterías de aluminio lacado negro.
La principal renovación está en la ampliación de la zona norte, en donde se sitúa un office, completándose el perímetro de la casa hasta casi ser un rectángulo perfecto. Esta nueva esquina es un espacio multiusos, que sirve de entrada, zona de servicio, almacenaje etc, pero que por su estructura metálica y paramentos de vidrio mantiene en cierta manera los trazos del volumen originario, pudiendo abrirse en dos de sus lados por puertas correderas, rompiendo la esquina y abriéndose a un cenador exterior.
En cuanto al interior, la zona de día se genera concatenando espacios que no llegan a cerrarse. La construcción es totalmente neutra, suelo negro, paredes y techo blanco. El falso techo plano desaparece y cobra importancia el espacio vacío, se gana altura y luminosidad, sobre todo jugando con la apertura de huecos por encima de los tabiques y chimenea. Así, un espacio central a la casa, como es el pasillo, gana luz natural y genera un juego de luces hacia el salón comedor.