A la hora de abordar este mural, simplemente quise reflejar la vida cotidiana, fusionando el arte con la realidad para crear composiciones que capturan la esencia de las escenas más comunes pero extraordinarias de nuestra existencia diaria.
Este enfoque no es simplemente plasmar imágenes en las paredes, sino crear historias visuales que resuenan con el espectador, encontrar la belleza en lo común es para mi lo esencial.
Afronté el proyecto mural como una oportunidad para narrar la vida en su forma más auténtica, pintar relatos visuales que conecten con las emociones y experiencias de quienes los observan. Las escenas cotidianas que represento se convierten en un lienzo donde se reflejan las alegrías, desafíos y la diversidad de la vida diaria.

Esta imágenes son ventanas abiertas a mundos familiares pero llenos de matices, donde la cotidianidad se eleva a una expresión artística que invita a la reflexión. Cada obra es una invitación a detenerse y apreciar la riqueza de lo ordinario, recordándonos que la verdadera belleza se encuentra a menudo en los detalles más simples.