Este fue uno de los primeros encargos que me hicieron: cumplir el deseo de convertir una cochera en ruinas en una vivienda unifamiliar con calificación energética tipo A.

La verdad es que para el cliente fue todo un chollo: pudimos conseguir una altura adicional, ya que el resto de las viviendas en la manzana, excepto la contigua, eran entre medianeras. De hecho, el plan de ordenación cambió durante la realización del proyecto y ni siquiera tuvo que pedir permiso al vecino.

Aunque la parcela no tiene jardín, en frente cuenta con el de la Iglesia, por lo tanto, no es necesita ni cortar el césped.

La cochera, bastante deteriorada, se vendió a un precio asequible.

Para mí, no fue tan sencillo debido a que durante la obra hubo que modificar el proyecto en varias ocasiones:

Fue necesario reconstruir la pared posterior, ya que presentaba una desviación de 6 cm desde la base hasta la parte superior.

No se encontró terreno resistente y la cimentación existente resultaba insuficiente, por lo que se improvisó una solera.

Los seres humanos cambiamos continuamente, y por ende, las ideas de los clientes también.

Ahora entiendo que las rehabilitaciones suelen ser así (siempre hay imprevistos) y es necesario adaptarse, porque hasta la fecha, como comento en mi realización ''deseo común'', mi mayor deseo es hacer realidad los de mis clientes.