"El Álamo" es una pequeña urbanización residencial al borde de la N-435, en los terrenos de un antiguo olivar, y constituye el punto de encuentro de una joven pareja que trabaja en lugares distintos. La casa se ubica en una parcela generosa (50 x 50 m), en la que conviven alcornoques, árboles frutales y una huerta.
Desde un principio se pensó en hacer de la parcela la casa, en vez de una casa en la parcela. El programa, de apenas 130 m², se organiza a lo largo de una crujía de 30 m de largo y sección constante que ordena el terreno, definiendo un jardín con olivos centenarios en la zona más pública, y un huerto con piscina abierto a la campiña. La vivienda es el espacio intermedio matizado a través de la sección: un límite habitado entro lo urbano y lo doméstico. El acceso se realiza desde el extremo norte, un porche para los coches. Una amplia galería abierta al Este, de 4.50 m de altura y 2 m de ancho, hace las veces de recibidor, biblioteca y distribuidor de las distintas estancias. Con esta estructura evitamos la aparición de espacios destinados sólo a circulación, así como la separación entre zona de día y de noche. Se trataba de conseguir flexibilidad a través de la disponibilidad de las distintas habitaciones para ser utilizadas con libertad.
La construcción es tradicional: estructura de muros de carga y forjado unidireccional de hormigón, cubierta de zinc y suelo de pizarra.
La experiencia de la vida cotidiana está muy influida por las asociaciones que, tanto desde cada uno como colectivamente, tienen que ver con las imágenes de los edificios. Nuestro deseo fue construir una casa que resonase con ermitas y naves agrícolas, con arquitecturas nórdicas y locales, una arquitectura que desplegase significados en vez de intentar atraparlos.
XII Premio de Arquitectura de Huelva. 1er premio a la mejor obra construida en la provincia en 2005