Una presencia.

 Inevitablemente Peñacastillo es el telón de fondo de toda la actuación. Su poderosa presencia es un flujo de constantes influencias. Desde su escarpada geometría a su enorme desnivel topográfico. Desde la bella presencia de su buzamiento hasta la delicada traza de su roca sedimentaria.

 Una ausencia

 Inevitablemente la ausencia de la bella bahía de Santander es otra de las presencias constantes de la actuación. Desde la fachada que nos inspira el movimiento constante de las olas de marejada a los brillos generados por el sol sobre el plano horizontal del mar.

 Una intermitencia

 Inevitablemente la presencia pautada y la ausencia rítmica del tren es la última de las presencias constantes. Raíles entrelazados que sugieren vidas compartidas, breves encuentros entre el hombre, la máquina, el tiempo y la naturaleza.

 Para

 1- El desarrollo de una traza viaria coherente con la propuesta municipal para el entorno de Rancho Grande y que se materializará en una rotonda que resuelve al mismo tiempo todos los accesos rodados a la parcela.

 2- El desarrollo de un nuevo espacio público a modo de un gran parque/jardín urbano con diversas dotaciones programáticas que darán servicio no únicamente  a las viviendas recogidas en el pliego sino a todo el nuevo desarrollo urbano densificado y sin claros espacios públicos.

 3- El desarrollo de una nueva tipología de vivienda en galería entrelazada, que predispone a una mayor interrelación vecinal, situada en el margen sur de la parcela debido a su disposición prominente lo que asegura vistas hacia el entorno y simplifica enormemente los dificultosos accesos rodados.

4- El desarrollo de una nueva dotación pública que aúna el desarrollo tecnológico con el desarrollo de nuevas empresas con financiación pública y que se articula sobre una gran plaza y dos edificios en altura.