Caja de luces y sombras.
El proyecto nace del encargo de unos abuelos los cuales requieren un lugar para ellos, sus hijos y nietas.
La intensa luz, es el material principal con el que se levanta esta casa, que es un espacio diagonal atravesado por la luz diagonal.
Queremos hacer una casa sencilla y clara, donde se viva a gusto.
Se cerca el solar con tapias, como una caja abierta hacia el cielo. En el centro, cumpliendo con los retranqueos establecidos, se coloca una "H" blanca.
Dado el sitio y la orientación, decidimos aplicar aquí un tipo de espacio diagonal resultante de la conexión de dos espacios a doble altura unidos. Un espacio abierto hacia el paisaje. Se consigue así un espacio que más que doble altura incorpora una cualidad diagonal que todavía es capaz de sorprendernos. La luz que viene de lo alto a través del gran lucernario que marca la dirección del sol al sur pone en tensión eficazmente este espacio.
La casa se abre al patio con una gran raja que permite una visión panorámica enmarcada en sombra. El suelo se prolonga hacia el exterior en una plataforma tan extensa como la casa misma, y se adelanta como flotando sobre el patio. El gran plano del suelo, construido en piedra, plano de luz, subraya el paisaje, acercándolo.
Completando la operación principal, la casa va abriendo ojos al paisaje de manera diversa. En la biblioteca, más alta, se abre un hueco grande cuadrado que enmarca, valorándolo, el paisaje.
Compositivamente la casa es una "H" dividida en tres partes iguales. Un tercio aloja los espacios comunes. Otro los espacios más privados. El último, la biblioteca.
La construcción es sencilla y acabada en blanco como todas las casas andaluzas. Parecería que la casa hubiera estado allí toda la vida. Es en su interior donde se descubre el juego secreto de la luz y la sombra, del espacio y del tiempo.
De este modo, una sencilla casa cerrada, a través de la Luz y la Proporción, se convierte en una casa grande y abierta donde, con casi nada, todo es posible.