La gente de campo glosa que antiguamente una construcción en ruinas era una fuente de recursos, y en cambio una construcción moderna en ruinas es un montón de escombros.
Hasta hace un siglo las personas que labraban el campo, vivían o pasaban temporadas en pequeñas barracas construidas con piedra. Eran piedras extraídas del campo para facilitar la labra de la tierra. Barracas de Roter, Barracas de Curucull… eran construidas con éste único material sin aglomerante, aplicando únicamente la técnica milenaria de saber colocar una piedra trabada a otra. El poco confort que tenían, lo lograban a base de dar grosor al muro y de cubrir con tierra la llamada falsa cúpula.
La casa Uzala es una investigación que a partir de estas reflexiones, estudia posibles sistemas constructivos que surjan del territorio de Mallorca, a través de sus materiales y oficios. Es un sistema en elaboración, y a la espera de poder construir un prototipo para comprobar su funcionamiento.
El proyecto aborda tres cuestiones:
- Ser un sistema constructivo económico.
- Reducir la huella ecológica (en construcción y en uso).
- Favorecer la reducción del consumo energético a su mínima necesidad (casa pasiva).
Estas tres condiciones vienen acompañadas por la selección de materiales primarios, lo menos elaborados posibles y exentos de elementos nocivos para el usuario y el medio ambiente.
Un sistema constructivo económico ha de partir de los excedentes o los resididos que produce un territorio. En la isla encontramos excedentes naturales como la posidonia (es una planta de mar, que su hojarasca protege las playas de la erosión, de modo que si existe excedente la podemos utilizar), la lana de oveja o la paja. Además existen los residuos producidos por el ser humano como la ropa, el papel, la celulosa.... Todos estos materiales ya han sido utilizados en construcciones de antaño como aislamientos, y ahora son el principal material de nuestro sistema constructivo.
Si las barracas de piedra se construían con muros de 80-100 cm, ahora con estos residuos podemos construir muros de aire de 20 cm. Este sistema se basa en el aislamiento y no en la inercia térmica.
Una vez que tenemos el muro y la cubierta de aire, hay que sostenerlo con unos marcos de madera para poder conformar un espacio habitable. Se impermeabiliza con mantas transpirables para favorecer la respiración de la vivienda. El resto de materiales, todavía en estudio, tienen que cumplir las condiciones iniciales.
Se incorpora una galería vidriada similar a las que encontramos en las zonas urbanas de Mallorca. Estas galerías tenían la función de captar el sol en invierno para obtener ganancias caloríficas (efecto invernadero) y reducir así el consumo energético. Sus dos hojas de vidrio junto con las contraventanas y persianas, permitían abrir y cerrar unas piezas u otras según la estación y la hora del día. Estas galerías actúan como las calderas de las casas. Además en nuestro sistema constructivo, colocamos una alfombra de pavimento cerámico/piedra junto a la galería, para tener inercia térmica en esta franja y así aprovechar al máximo esta fuente de calor.