La comarca del Bajo Martín está compuesta por nueve poblaciones del Bajo Aragón histórico turolense, situadas en la cuenca del tramo inferior del río Martín. El alabastro, que se extrae de las canteras a cielo abierto de la zona, constituye uno de sus principales recursos, dedicado tanto a la exportación como a la promoción cultural, mediante rutas, encuentros de artesanía y actividades artísticas, que organiza el Centro Integral para el Desarrollo del Alabastro.
El solar está situado a las afueras del pueblo de Híjar, capital de la comarca, junto a la carretera nacional N-232 y el antiguo silo abandonado. Se trataba de un entorno urbano desestructurado, entre las construcciones de uso industrial existentes, y el frente de edificaciones residenciales adosadas, al otro lado de la carretera.
La ausencia de cualidades urbanas en el entorno legitima una cierta condición autónoma del edificio, que emerge del solar conformando una solución unitaria, clara y compacta. Por tanto, la necesaria vinculación del edificio con el lugar, reforzada por su carácter institucional, no se articula a partir de relaciones urbanas con el entorno inmediato, sino de referencias al paisaje geográfico, histórico y cultural, presentes en su configuración exterior. La macla de volúmenes tallados en materiales locales –piedra y alabastro-, hace alusión, de un modo abstracto y geométrico, a las agrupaciones pétreas azarosas que se producen en las canteras a cielo abierto de la zona. Las superficies pétreas, opacas o translúcidas, manifiestan las características materiales y expresivas del alabastro en relación con la iluminación diurna o nocturna.
La agrupación ordenada de volúmenes en el exterior, compacta, pesada y masiva, es vaciada en su interior. El espacio horada y perfora el volumen sólido, produciendo un sistema dinámico de vacíos, conectados visual y espacialmente, en diagonal, relacionando las tres plantas y articulando los espacios de circulación, acceso y encuentro. La continuidad material con el exterior y la presencia de la luz natural que penetra en el interior a través de diversos huecos, refuerzan la condición del espacio interior como vacío excavado, elaborado a partir de la sección como herramienta fundamental del proyecto.
La organización funcional del proyecto se divide en tres bandas construidas, paralelas a la vía de acceso. La primera corresponde al acceso y salón de plenos, la segunda, al vestíbulo y zonas de gestión y administración, y la tercera, al salón de actos y las aulas de formación. La distribución por plantas distingue entre los ámbitos más públicos en las plantas baja y primera, y los más relacionados con la gestión y el trabajo interno en la segunda. En contraste con los paramentos pétreos interiores, el acabado de madera de bambú en los espacios más significativos, como el salón de plenos, subraya su carácter público, institucional y representativo.