La trashumancia constituyó un fenómeno único en España crucial para el desarrollo económico, paisajístico y social del antiguo reino de Castilla, desde que su explotación se oficializara a través de la constitución de La Mesta en el año 1273. Este sistema se aprovecharía de los distintos y muy diferenciados ecosistemas existentes en nuestro territorio para permitir la alimentación del ganado de forma natural y extensiva, creando un proceso circular altamente sostenible. En este ciclo, el ganado era desplazado a los puertos de montaña de León, Soria, Segovia y Cuenca durante los meses más cálidos del año, y a las dehesas extremeñas, andaluzas y manchegas durante los meses más fríos; en busca del crecimiento espontáneo de los pastos. La migración entre ambos territorios se producía a través de un ingente sistema caminero de vías pecuarias aún conservado (conformado por más de 125.000 km) que servía en exclusiva para este fin, y que articulaba los desplazamientos ganaderos por todo el país.
Durante los siglos XVII y XVIII el aumento de las exportaciones y de la demanda internacional de lana fina castellana conllevaría un impulso decisivo de la industria lanar y trashumante, provocando la incursión de poderosos y nuevos ganaderos que tomarían la iniciativa en su modernización: monasterios, nobles y ricos cortesanos. Durante este proceso, y debido al aumento exponencial del número de ganados poseídos por estos propietarios, se haría fundamental la renovación de las técnicas y medios asociados a la gestión de estas ingentes cabañas. En consecuencia, como muestra más significativa de ello, destaca la ideación de un nuevo tipo arquitectónico que sería conocido como esquileo, y que se expandiría de manera fulgurante en el territorio segoviano del piedemonte de la Sierra de Guadarrama, junto al curso de la Cañada Real Soriana Occidental. Estos edificios serían destinados, fundamentalmente, a la extracción sistematizada de la lana procedente de los inmensos rebaños de ovejas merinas, así como a su clasificación y distribución. Asimismo, tendrían por función la de albergar durante la campaña anual del esquileo a todos los pastores, trabajadores y concurrentes, incluidos sus ricos propietarios, convirtiéndose en grandes centros sociales de la nobleza y burguesía del momento.
Lamentablemente, tras el declive de la trashumancia a comienzos del siglo XIX, estos edificios quedarían abocados a su abandono, y, con ello, a su desmantelamiento y expoliación incontrolados, convirtiéndose en un fenómeno escasamente conocido y estudiado a partir de dicho momento. Así pues, con la presente investigación he tratado de cubrir esta laguna, desvelando la magnitud y relevancia de estos complejos desde la óptica de su arquitectura, y, ello, gracias a una minuciosa labor de documentación y trabajo de campo que, hasta el momento, ha sido inexistente. Para ello, he analizado el proceso de conformación de la tipología, así como las causas que propiciaron el desarrollo de este fenómeno en un espacio concreto del territorio segoviano, en el cual llegarían a concentrarse más de 43 edificios análogos, sin parangón en la historia industrial española. Asimismo, he estudiado las particularidades concretas de esta tipología a través de la reconstrucción gráfica de sus esquileos, algunos de los cuales llegarían a alcanzar los 8.700m², basándonos en el análisis de sus ruinas y en los documentos históricos hallados durante la investigación. En este trabajo, he producido un conjunto significativo de planos, axonometrías y fotomontajes originales que permiten comprender la morfología de cada edificio, y que conforman el aparato gráfico e inédito de la tesis. Con todo ello, he pretendido ofrecer y asentar una base sólida y actualizada que permita comprender este fenómeno patrimonial único, hoy en gran parte desaparecido, y constituir así un modelo para su conservación y salvaguarda futuras.