Se trata de un edificio exento de geometría orgánica y sin elementos sobresalientes, incluyendo bajo la cubierta el conjunto de chácena, patio de butacas y vestíbulos, cuya sensación se pretende que aparente salir del conjunto del cerro, ya que se trata de una zona de expansión del pueblo sin un contexto definido.

Resulta necesario realizar una gran plaza al nivel de acceso, sobre el cual previo tratamiento urbanísticos de la misma, se apoya el edificio. El programa distingue entre el acceso principal del público, cuyos recorridos en el interior del edificio se distribuyen en dos niveles, y el de personal, que ocupa la parte trasera del edificio y desarrolla su programa en 4 niveles (1 enterrado) compuesto por camerinos individuales y colectivos, sala de ensayos, salas de instalaciones y almacenes.

En la zona frontal se prevé un hundimiento de la fachada, dejando una zona cubierta de transición entre interior y exterior, para ser aprovechada como extensión del edificio. En este espacio, en primera planta, se crea una terraza con vista, repitiendo el mismo concepto de utilización del edificio, que no se ciñe a los espacios cerrados, sino se amplía a las zonas exteriores limítrofes.

El patio de butacas se prevé dividido en tres zonas independientes, de forma que las dos laterales puedan ser utilizadas para múltiples usos independientemente de la actividad principal de teatro. Se prevén así dos escenarios diferentes, uno mas intimo y reducido a 500 asientos, y otro de máximo rendimiento, con 750 butacas. Se plantea la flexibilidad del edificio, de forma que pueda ser utilizado para el mayor número de actividades posibles.