La intervención se realiza en el patio interior del Castillo de El Real de la Jara, catalogado como bien de interés cultural BIC R-I-51-0008180, y situado en el punto más alto de la colina en el límite norte del municipio, en la comarca y parque natural de la Sierra Norte de Sevilla.
Datada en el siglo XIV, la fortaleza tiene una situación estratégica en la llamada "Banda Gallega", línea defensiva construida para proteger el sur de posibles invasiones portuguesas. Esta línea todavía se puede percibir hoy en día en la conexión visual existente con los castillos próximos de Cala y de Santa Olalla del Cala. A pesar de su importancia, el patio interior del castillo tiene pocos elementos históricos y de escaso valor, localizados fundamentalmente en su esquina noroeste.
Las murallas del castillo también mantienen escasa autenticidad al haber sido reconstruidas, sin los criterios apropiados, por una escuela taller a finales del siglo XX. En una intervención reciente, a cargo del arquitecto Fernando Vilaplana, con la que se recuperó el camino de ronda, se colocó una línea virtual de perfiles metálicos para permitir la interpretación de los restos originales respecto de la falsa reconstrucción.
Así, nuestra aproximación ha sido no tocar el cuerpo material del castillo, ni el histórico, ni el contemporáneo, si no recuperar la propiedad inmaterial para el municipio.
La financiación del proyecto se ha realizado con cargo al “Proyecto de desarrollo local y urbano de la provincia de Sevilla: Programa operativo FEDER de Andalucía 2007-2013” Proyecto de desarrollo sostenible y cohesión social de la Sierra Norte y Sierra Sur de Sevilla.
El objetivo fundamental de la intervención ha sido dotar al pueblo de un espacio público que alojara sus fiestas.
La plaza mayor del pueblo, debido a su morfología, no es apropiada para la celebración de eventos, por lo que esto se convirtió en la tarea principal del programa de necesidades.
El castillo, el entorno y el patrimonio de productos naturales de la comarca de la Sierra Norte de Sevilla son los principales recursos naturales para la industria cultural y turística del municipio.
El Real de la Jara es una de las paradas principales de la Ruta de la plata del Camino de Santiago, que se beneficiará enormemente de disponer de un nuevo espacio para encuentros públicos.
Ayudará así a consolidar varias fiestas, como la feria medieval, que se celebran en el pueblo a lo largo del año.
Una manta gruesa, densa y amable, recortada a su mínima expresión, para transformar un entorno agreste en un espacio para las personas.
Los condicionantes fundamentales del proyecto fueron un presupuesto extremadamente ajustado, la preservación del carácter patrimonial del castillo, el respeto a las intervenciones anteriores realizadas en la muralla, -independientemente de su valor o calidad- y la garantía del uso del castillo como un espacio de encuentro público para el pueblo.
Aprovechamos la fuerte pendiente del terreno natural del patio del castillo, formada por el sustrato de roca natural, para minimizar la intervención. El proyecto se reduce a una serie de muretes de contención de poca altura, para dar forma a las terrazas que alojarán los eventos, y otra serie de muros más altos que nos permiten controlar las rampas que garantizan la accesibilidad a todo el espacio usable del recinto.
Las zonas del patio que se han dejado sin tratar responden a una doble aproximación. Por un lado tratan de revelar la extrema superficialidad de la intervención, y por otro servir de testimonio del límite presupuestario y de las condiciones preexistentes en el espacio interior del patio.
Así la intervención produce una nueva plaza pública, las paredes del castillo como tejido urbano, las puertas como calles que se adentran en ella y los espacios interiores como lugares en los que pasear o simplemente estar.
Un nuevo espacio urbano rodeado de naturaleza.