Se sitúa en la margen sur de la A-431, junto a la ribera derecha del río Guadalquivir.
Se trata de un edificio de planta rectangular con tejado a dos aguas de unos 25 metros de largo y 10 de ancho. Cuenta con tres plantas y dos sótanos. Se encuentra construido con ladrillos y mampostería, presentando siete vanos de ventanas en la fachada junto a una puerta a la que se ha añadido un tejaroz. El lugar tendría adosada en su margen occidental dos edificios, como se aprecia en el Mapa Nacional Topográfico del Instituto Geográfico de 1948, hoy desaparecidos. Conserva en el actualidad las dos estancias situadas al este, que pudieron servir como alojamiento del molinero que tenía a cargo el anejo Molino de la Peña de la Sal.
El edificio de la Central presenta abundantes ventanas rectangulares en todos sus lados, así como la total ausencia de cubiertas y suelos. Parrilla Recuero y Vázquez Graciano (1998) la describen como una nave de altos techos y una rueda enorme colocada de forma vertical que giraba a gran velocidad, movida por la fuerza del agua de un tragante o canalillo que procedía del río. Esta Central era descrita como un alternador o fábrica de luz de baja potencia. Aquel canalillo desaguaría por un canal situado al oeste de la Central. Aún es posible observar restos de las estructuras de las compuestas de descarga, junto al antiguo molino. El paso del río y los limos que este arrastra lo han enterrado en gran parte. En la margen oeste, posiblemente relacionado con la sala de turbinas y los canalillos de desagüe se encuentra una chimenea que sobrepasa la altura del edificio. No conserva ningún resto de maquinaria. Sí se pueden observar los canales y posibles restos de la azuda o presa que permitía desviar la corriente hacia la Central Hidroeléctrica, y anteriormente hasta el molino. Por otra parte, en la zona donde se situaría el muro de contención o malecón que protegería el barrio alfarero y portuario de la Ciudad romana de Arva se observa un muro realizado en sillarejo, ladrillos y mampostería con una función igualmente protectora.
Desde la construcción del molino de la Peña de la Sal, en Edad Moderna, el cauce del río pasaría algo más al norte, junto al molino, la central y el muro de contención y el área alfarera de la ciudad romana de Arva. En el plano-perspectiva realizado por Guseme (1758) se aprecia la existencia de una azuda que reconduciría el agua hasta el molino. Esta misma azuda parece coincidir con la presa construida para la Central Hidroeléctrica, y que alcanzaría la orilla izquierda del río. De este modo, hoy es posible apreciar un salto de agua en la zona donde se encontraría la antigua azuda y posterior presa. La cronología del complejo no se puede determinar con exactitud, aunque parece que funcionaría durante el primer tercio del siglo XX. El nombre de Peña o Piedra de la Sal parece derivar de una peña situada en el río que manaba sal, según comenta Guseme (1758).
El funcionamiento de la Central Hidroeléctrica se relaciona con el desvío de la corriente del río hacia la misma Central. Para ello se pudo aprovechar la presencia de la azuda del molino de la Peña de la Sal, que aún hoy enlaza el molino con la ribera izquierda del río Guadalquivir. La reedificación de la presa y de distintos canales permitirían que el agua pasase con gran velocidad por las salas de turbinas, situadas en el sótano del edificio. El movimiento de estas turbinas se transforma en energía eléctrica. Recuero y Vázquez (1998) señalan que la Central, de baja potencia, abastecía de electricidad a varios pueblos de la comarca, aunque no a la propia Alcolea del Río.