Una pareja joven nos encarga su casa de verano, donde pasar los meses de vacaciones y cuyo mayor requisito es que albergue una piscina generosa, centro de las actividades estivales que desean compartir junto a invitados y amigos.

Nuestra propuesta trata de subvertir la convención de ‘casa con piscina’, tan presente, aceptada y replicada en los aledaños de las ciudades, construyendo una piscina que alberga una casa en su interior. Se pretende generar una experiencia a través del uso de la vivienda que liga las diferentes sensaciones planteadas en cada espacio en su relación con el agua, con dos recorridos complementarios: sumergirse y emerger.

1. Emerger

La llegada a la casa se produce bajo el agua; comienza entonces un recorrido de ascensión por el interior donde cada estancia de la vivienda presenta una posición diferente con respecto al nivel de la piscina. De esta forma aparecen ventanas de agua a un patio inundado, lucernarios bajo el agua que iluminan estancias, ventanas a ras de agua que reflejan los rayos de luz y las vistas, un salón sumergido 90 cm que permite la observación del paisaje reflejado estando sentado o plataformas exteriores a diferentes niveles. El recorrido termina en un mirador que plantea un salto sobre el patio central inundado.

2. Sumergirse

El segundo recorrido implica una experiencia directa con el agua, planteando diferentes aproximaciones al baño. Aparece una plataforma mojada para humedecer los pies, un camino sumergido 90 cm para jugar y andar o un asiento a 45 cm bajo el agua donde poder descansar y observar el paisaje. Se puede nadar en todo el perímetro de la parcela con una profundidad de 200cm y en el centro se propone un patio inundado de una profundidad de 450 cm donde zambullirse desde el mirador, bucear u observar la actividad del interior de la casa a través de las ventanas de agua.

El proyecto Piscina con casa cobra sentido a través de su uso y experimentación. El agua, su sonido e interacción con la luz, no sólo permite que cada espacio se perciba diferente dependiendo de cada instante del día, sino que difumina los límites de la casa incorporando virtualmente un olivar cercano o Sierra Nevada, paisajes que pasan a formar parte de cada estancia, según la situación.