A principios de la década de 1930, Benito Mussolini drenó las marismas Pontinas o Agro Pontino al sur de Roma. Los fascistas lograron lo que generaciones desde la Antigüedad no habían logrado, y su recuperación de tierras permitió la fundación de cinco ciudades, incluida Sabaudia. Sabaudia fue concebida como una ciudad modelo destinada a exhibir la Arquitectura Racional de Italia, y finalmente se solidificó arquitectónicamente en una utopía fascista atrapada entre el Clasicismo y el Modernismo. Con los años, incluso intelectuales de izquierda como Pier Paolo Pasolini llegaron a admirar las estructuras propagandísticas de Mussolini, lo que sugiere que esta arquitectura fascista no violaba el paisaje y la gente prístina de Italia. Lotte Schreiber cita declaraciones de Pasolini, que veraneaba regularmente en una casa de playa con vista a Sabaudia: "No hay nada fascista en Sabaudia, aparte de algunas fachadas".
La cineasta prueba repetidamente la veracidad de esta afirmación mientras captura de manera observante los rostros de varios residentes de Sabaudia que miran directamente a su cámara, filmando imágenes fijas. Lotte Schreiber visualiza carismáticamente un campo de fuerza delineado por las visiones arquitectónicas autoritarias de Mussolini, el intento de reconciliación de Pasolini desde la perspectiva de una cultura popular marxista mítica de resistencia y la encarnación actual de Sabaudia como un imán turístico históricamente ciego. Desde el principio, el lamento de Homero: "¿A dónde vas, infeliz?" acompaña las tomas en blanco y negro, históricamente cargadas, de un paisaje pantanoso aparentemente casi místico. Su completa desmitificación, tal como la lograron los fascistas, se transmite mediante posteriores tomas de bosque en color. En un conciso intercambio entre imágenes en blanco y negro subrayadas por grabaciones de audio de un discurso de Mussolini y tomas en color de la vida urbana contemporánea en Sabaudia con su arquitectura inhóspita, Lotte Schreiber crea un retrato formalmente hermoso e históricamente poderoso de un paisaje y una ciudad. (Alexandra Seibel)
Sabaudia en Italia, creada por los arquitectos de Mussolini como modelo de "nueva ciudad fascista", fue abastecida con extensas tierras agrícolas reconvertidas a partir de marismas. Sin embargo, a pesar de su arquitectura innegablemente "brutal", creadores como Alberto Moravia y Pier Paolo Pasolini encontraron posteriormente que Sabaudia era un lugar maravilloso y hospitalario, el signo de una Italia genuina y tradicional y su resistencia a todas las ideologías modernas. Lotte Schreiber construye una visión documental polifacética de Sabaudia, inspirada pero que va más allá de Pasolini, retratándola como una mezcla paradójica de separación de clases sociales, nostalgia y extravagancia cotidiana. (Vienale 2018, Adrian Martin)
