Seguimos pensando la ciudad como algo separado del campo. Sin embargo, de pronto hay un águila en la planta 61 del edificio Chrysler. Más de 25 tipos de currucas en Battery Park. 668 aves en las paredes del Met. ¡No duerme nadie por el cielo!

El proyecto plantea una reflexión en torno a los modos de habitar más-que-humanos en la ciudad de Nueva York. Así, se parte de un caso de estudio contemporáneo desde el que se problematiza la división conceptual campo/ciudad: el entramado que convierte a Manhattan en la mayor reserva de halcón peregrino del mundo. El proyecto consta de tres fases: investigación, producción y comunicación. Se genera así una suerte de bestiario contemporáneo donde el repertorio de personajes y sus disposiciones ecosistémicas articulan otras lecturas de la ciudad y activan la emergencia de nuevas preguntas.