El concepto sigue la idea de negocio que el cliente buscaba: un lugar con un servicio rápido y eficiente, como SHINKANSEN, el tren bala japonés que alcanza hasta 320 km/h. Shinkansen, además de dar nombre al establecimiento, también fue el punto de partida para el desarrollo del logo, cartelería, tarjetas de descuento…
El establecimiento, se concibe como una cajita de luz, con sus caras exteriores de madera negra, evocando a la madera quemada, frecuente en la cultura japonesa, y el interior blanco, de papel de arroz, como si del propio sushi se tratara.
Los colores de la propuesta son el salmón, negro y blanco, los denominadores comunes en el sushi, y son los protagonistas en el logo, cartas e interiorismo.