La vivienda se encuentra en una torre residencial en primera línea de la Playa de Levante de Benidorm, una de esas torres que configuran el peculiar paisaje urbano de la ciudad. El panorama es inmejorable, la vivienda tiene vistas en 360º gracias a que el edificio solo tiene una vivienda por planta, dominando el mediterráneo desde el primer momento en que accedes. El mar se mete dentro de casa, y esa sensación es tan potente que nos condiciona totalmente la actuación: los colores serán limitados para no competir con el omnipresente azul, los paramentos se curvan para permitir las vistas y el espacio interior se trata de la misma manera que el exterior, diluyendo el límite entre lo interior y lo exterior.

El estado previo de la vivienda y la calidad de construcción del edificio son bastante buenos. Las carpinterías de madera, puertas y armarios, están construidos con madera de nogal e interiores de roble, con un despiece inusual hoy día. Estas carpinterías se tratan como un elemento precioso, se mantienen, modificándose para adaptarse a la nueva distribución, y se complementan con un sistema de listones de nogal para evitar competir con la veta original. Los suelos de mármol crema marfil están en buen estado, y dado que se trata de un material noble y propio de la zona, se mantiene, completándolo allí donde se modifica la distribución.

Se busca crear una vivienda para el disfrute, tranquila, en la que se da importancia a los espacios de reunión, en relación con el mar. Las habitaciones se llevan hacia la orientación trasera de la vivienda: la montaña. La terraza, el comedor, el salón y la cocina fluyen en un espacio continuo que no pierde de vista el mediterráneo y cuyas condiciones climáticas y de confort van evolucionando y cambiando a lo largo del día y del año, gracias a los cerramientos y filtros de la intervención.

Los espacios se articulan mediante una serie de burbujas que a su vez resuelven el almacenaje y los usos más específicos, como la cocina, los aseos o la lavandería. Este mobiliario equipa la vivienda y dirige los flujos de manera sutil, enmarcando las vistas y guiando hacia las zonas más vinculadas al exterior.

El mobiliario ha sido elegido para conseguir un ambiente relajado que respete la presencia del Mediterráneo, elementos de geometrías autónomas, que jueguen más a aportar texturas naturales que colores. Se utiliza el negro para lograr esa autonomía de las formas, especialmente en los elementos más ligeros, aportando contraste a los espacios. Al estar en una zona de gran tradición de mobiliario y diseño industrial, la mayor parte de los elementos son fabricados por empresas locales.