El proyecto se sitúa en los “badlands” de la hoya de Guadix, marcados por la erosión del agua allá por el cuaternario. En su interior se encuentran un conjunto de cuevas interconectadas entre sí, sirviendo de vivienda, almacenes y cobijo de animales y en su exterior una gran placeta de tierra baldía.
A través de la actuación se consigue habitar el primer hogar del hombre, la cueva, de una forma contemporánea, respetando su materialidad y su morfología.
“Habitando los Badlands”
El proyecto se sitúa en los “badlands” de la hoya de Guadix, marcados por la erosión del agua allá por el cuaternario. En su interior se encuentran un conjunto de cuevas interconectadas entre sí, sirviendo de vivienda, almacenes y cobijo de animales y en su exterior una gran placeta de tierra baldía.
En este entorno, el proyecto trata de homogeneizar todas las cuevas mediante un muro continuo, perimetral, que contiene y acota al monte.
La zona de la vivienda se amplía con una nueva edificación que se adecúa a la curvatura del muro generando un pequeño pliegue. Esta ampliación marca la entrada de la vivienda y ofrece una visión cruzada del paisaje desde su interior, dando más superficie y aportando luz a la cueva. En su interior, se respeta la morfología original y se aportan nuevos materiales como el barro cocido para el pavimento y la cal para las paredes, bañando de luz su interior.
La zona exterior se fragmenta en varios espacios que generan distintos ambientes y usos, donde la vegetación y el agua, enmarcada en acequias y estanques, se convierten en protagonistas.
A través de la actuación se consigue habitar el primer hogar del hombre, la cueva, de una forma contemporánea, respetando su materialidad y su morfología.