En la mesa de Pepe Solla, a la hora del café se mezclan tipos de azúcares muy distintos.

Hemos querido otorgarle a cada tipo de azúcar su lugar, su espacio, su terrón.

El apilado de los diferentes terrones construye una torre monolítica que los invitados a la mesa pueden de-construír para ir descubriendo los diferentes tipos de azúcar que contiene.

Como si se tratase de uno de los ¨dones¨ del siglo XIX desarrollados por Froebel, en el momento del café, se invita a los comensales a que jueguen con los diferentes terrones de madera de la pieza.

Según los estudios de Froebel: ¨El juego no debe ser mirado como una cosa frívola, sino como algo profundamente significativo.¨


Se pretende que la pieza sea un objeto dinámico, a pesar de su aparente estataticidad. Que fomente la aparición de acción e interactividad en las personas sentadas a la mesa.

Decidimos fabricarla entera en madera, para que la pieza resulte mas monolítica y el material sea del todo ecológico.

Escogimos la madera de roble por su tono claro, ya que eso nos permite que la línea de sombra entre las piezas, colocadas formando la torre, se vea reforzada.


Una torre con piezas que se pueden apilar de diferentes modos para servir los diferentes tipos de azúcar.

Unos terrones de madera con los que las personas sentadas a la mesa puedan deconstruir y construir diferentes formas.