Tecnología punta y trato humano son los dos pilares sobre los que se sustenta Fertilidad Integral. El proyecto de interiorismo, en la planta 16 de un edificio diseñado por Legorreta en el barrio de Polanco, en Ciudad de México, busca el equilibrio real entre lo humano y lo tecnológico situando a la paciente en el centro y cuidando hasta el más mínimo detalle durante todo el proceso tanto previo cómo posterior a la intervención.
Ubicada en el piso 16 del la clínica Fertilidad Integral responde a las intenciones de sus fundadores de crear un ambiente para que los pacientes se sientan mejor. El proyecto propone una forma diferente de hacer establecimientos de salud, partiendo de la idea de que la salud está relacionada con el bienestar, y como consecuencia de reconocer que la mayoría de los espacios médicos tienden a ser impersonales, fríos e inertes. Además, la mayoría de los pacientes no están enfermos, la clínica también atiende otras agendas relacionadas con la fertilidad.
Para el proyecto, fue crucial comunicar dos pilares principales, calidez humana y tecnología de primer nivel. Así, generamos espacios respondiendo al espectro entre estos dos conceptos que podrían parecer opuestos. El interiorismo hace presentes ambos conceptos en todos los espacios, pero de diferente manera, enfatizando la calidez humana en las áreas de consulta y atención, y la tecnología de punta en las áreas de intervención médica.
Para romper con el aspecto general de los espacios interiores de los edificios de oficinas, el manejo de la escala, la luz natural y el color fue fundamental para garantizar atmósferas acogedoras. Por necesidades programáticas, tuvimos que fragmentar la planta abierta, creando pequeñas cápsulas dentro de conjuntos de mayor escala que generan un esquema espacial de fácil lectura para los pacientes, garantizando condiciones de privacidad, sin comprometer la iluminación natural y la amplitud espacial.
El proyecto se compone de cuatro cajas principales emplazadas hacia un espacio central entendido como el espacio público dentro del proyecto. A su alrededor hay un volumen para el programa de hospitalidad, otro para los espacios de bienestar, uno más para las áreas de consulta y un último cajón para el área de intervención clínica. La idea es que las circulaciones y actividades de cada sección del proyecto no se crucen entre sí, preservando la atmósfera intencionada de cada ambiente.