Debido a su ubicación, solo se puede llegar al edificio tras recorrer una de las zonas más efervescentes y turísticas de la capital, pero, de forma contradictoria, la sensación que tienes en el interior de la vivienda es la de encontrarte en un refugio en las alturas. Un refugio tranquilo y luminoso, pero sin vistas claras del exterior. Con cinco ventanas que enmarcan trozos de cielo, con sus colores y formas cambiantes, con sus atardeceres y amaneceres. Y esas imagenes fueron las que visualmente inspiraron la idea del proyecto ya en la primera visita.

También nos inspiró la personalidad de nuestro cliente, una persona muy sociable y alegre, con el sueño de tener un espacio feliz (al que denomina #myhappyplace), con color e identidad y a su vez, un punto de en-cuentro para reunirse con sus amigos, sin dejar de lado la tecnología.

Y con esas herramientas trabajamos: geometría, color, identidad del lugar y tecnología.
Encontramos la identidad del lugar sacando a la luz sus elementos constructivos típicos de los edificios clási-cos del Madrid de la época, como sus pies derechos de madera y las viguetas del forjado de techo. Con ello también conseguimos ampliar y conectar espacios antes separados, y disfrutar de la mayor altura posible.

El color, inspirado en las tonalidades del cielo, abarca desde el clásico azul, hasta los matices irisados, anaran-jados y lilas propios del atardecer. Y lo aplicamos en las piezas de almacenaje de la vivienda, en los elementos de mobiliario a medida y también cubriendo algunos espacios en su tolidad.

La geometría curva, inspirada en las formas de las nubes, aparece en el diseño de la mesa principal que abraza el pie derecho de madera y parece flotar. Con el propósito también aunar dos ámbitos en uno, pasando a ser esta mesa nube el corazón de la casa.
Respecto a la tecnología, nuestro cliente deseaba un hogar que pudiera “gestionar desde su móvil” a través de la aplicación de Google Home. Para ello los sistemas de instalaciones de la vivienda, están vinculados con la aplicación, desde donde se pueden crear rutinas personalizadas, consultar el tiempo que hace, poner las noti-cias y conocer el consumo del hogar a cada minuto.

La superficie útil total ronda los 59 m2, y acoge una estancia principal diáfana donde cocinar, reunirte, comer, descansar, en definitiva, donde hacer vida. Y en la parte más privada, un baño completo, dormitorio y un espa-cio home office, que también puede ser dormitorio ocasional.

REINTERPRETAR EL CIELO: MATERIALES, MOBILIARIO Y ARTE

El cuanto a los materiales y el mobiliario se ha perseguido la idea inicial del proyecto: interpretar el cielo.
Como “lienzo base” se ha introducido un pavimento continuo tono gris claro y el color blanco en el resto de superficies, incluida estructura de madera. No podía faltar el azul típico del cielo de Madrid, que aparece en el acabado del mobiliario de almacenaje, como cocina y armarios. El tono anaranjado que inunda en su totali-dad el baño y proyecta su color al exterior. Y, como materiales complementarios, jugando siempre en armonía cromática, el azulejo azul brillo y el mosaico en tono naranja.

Una vez que ya tenemos la base, aparecen los elementos cambiantes: las mesas nube.
Son elementos de diseño propio, fabricadas con tablero contrachapado y las patas de tubulares de metacrilato transparente, con el fin de conseguir el efecto de que están flotando. Tambien incorporamos “pinceladas de color” con unos cilindros de diferentes tonos a usar como taburete, mesa, mesilla o pedestal.

En este cielo no podía faltar el sol, para ello se han introducido unos paneles de metacrilato irisado, también de diseño propio, recreando su geometría y los matices de color que produce.