Esta investigación tiene como objetivo prioritario la exploración de algunas de las categorías políticas que están asociadas a las producciones arquitectónicas, para descubrir en qué medida es posible pensar en éstas como prácticas de resistencia a los discursos hegemónicos del capitalismo postfordista contemporáneo. El texto intenta abrir además la posibilidad de encontrar una nueva operatividad que, sin renunciar a las poéticas internas y a los metalenguajes tradicionales de la disciplina, nos permita reconocer y reivindicar la producción arquitectónica como gesto político.
La hipótesis de partida consiste en reconocer la existencia de un número elevado de prácticas que problematizan críticamente las cuestiones socio-espaciales y que no aparecen habitualmente consideradas como arquitectónicas, ya sea por la enorme inercia de los discursos disciplinares, la identificación tradicional de lo arquitectónico con lo diseñado para ser materialmente construido, el desinterés de las agencias involucradas, o por una descuidada exploración crítica de dichas prácticas.
El trabajo realiza en primer lugar un imprescindible recorrido, histórico pero no lineal, a lo largo de los diferentes procedimientos responsables del discurso –en sentido foucaultiano- que hoy establece, de manera excluyente, qué puede ser considerado un asunto arquitectónico y qué no. A continuación la tesis se ocupa de levantar acta de un hecho incontestable: que las disciplinas han dejado de tener límites opacos y las prácticas artísticas, las geográficas, las sociológicas, la economía, la arquitectura, el cine, la programación informática, el activismo político, etc., se han convertido en prácticas bastardas (y no únicamente transdisciplinares) que entrecruzan constantemente sus diferentes ejes de trabajo.
La tesis consta de dos volúmenes: el primero establece un marco teórico que recorre distintos enfoques sobre las relaciones históricas entre arquitectura y poder, la noción de resistencia en la filosofía política y las formas de resistir que pueden reconocerse en muchas prácticas arquitectónicas; el segundo volumen consiste en un atlas que recoge más de cien proyectos de arquitectura contemporánea que se proponen como prácticas resistentes.