Se aborda el proyecto desde un acercamiento topográ?co y paisajístico, dado que los referentes con los cuales se confronta el edi?cio son fundamentalmente de carácter territorial. Se plantean unos generadores de intensidad, que son los que plasman formalmente el Palacio de Ferias, junto con las orientaciones definidas por las mismas y por los condicionantes geográficos. Los generadores contemplados son el Dolmen del Romeral, la peña de los enamorados y aunque de menor intensidad, la rotonda de acceso desde la ronda que servirá de acceso al edificio. Estos generadores actúan como generadores de ondas, cuyas frecuencias, moduladas según la intensidad de sus puntos de partida, perturban y flexionan la estructura y las fachadas del edificio a construir.

El proyecto nace de la voluntad de crear un espacio intermedio entre el acceso y la zona expositiva que, al desarrollarse en la conformación de su programa interior, genere, a través de las sinuosidades de sus fachadas, una sensación acogedora que no sólo sirva de conexión entre dos puntos, sino que invite el usuario a entrar y a utilizar los servicios presentes. Así se definen dos volúmenes principales, el edificio de servicios y el edificio expositivo, claramente diferenciados entre ellos, por su volumetrías respectivas.

El primer volumen, de dos plantas de altura, albergará todos los servicios complementarios al evento expositivo. Por otro lado se tendrá acceso a la rampa que conecta con el edificio de exposiciones en un nivel superior a éste, para permitir una panorámica inicial del espacio a visitar.

Se pretende generar un uso diario del recinto, optimizando así sus instalaciones, incluyendo una zona de locales en alquiler para servicios a los expositores, así como un restaurante con acceso que permite su uso independiente del programa del edificio de exposiciones.