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  • Eneko Garin Arrastoa

    Concurso 2015
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    Concurso 2015
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    Concurso 2015
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    Concurso 2015

El sueño se turbó negro. La oscuridad me invadía. Desperté. Abrí los ojos.
Pero la negrura permanecía. Pulsé el interruptor.
No había luz. No había vida. No había espacio. No había.
Me puse de pie y comencé a caminar. Sentí las baldosas bajo mis pies,
luego el asfalto, luego la hierba. No podía parar.
Necesitaba luz. Necesitaba color. Necesitaba energía.
Sentía el viento en mis mejillas. Sentía el trigo entre mis dedos.
Sentí el muro contra el que tropecé.
Empecé a rodearlo. Lo palpé. Mi mano perdió el contacto con el ladrillo. Caí dentro. Dentro de la pared. Un muro lo rodeaba todo. Miré hacia arriba. Un hueco. ¡Ahí estaba! ¡Luz!
No podía dejar de mirarla.
Intenté alcanzarla. Intenté escalar. No veía mis pies. Caí. En la oscuridad.
La luz se enturbió. Un bucle de niebla me despegó de la negrura.
Un remolino de humo me elevó.
Cada vez estaba más cerca. Cada vez era más grande. La luz. La esperanza. La verdad.
Un nuevo mundo se abrió. Una nueva mirada. Una nueva sensación me invadió.
Paz.
Ahí estaba. Luz. Color. Vida.
Sentía. Sentía el viento en mis mejillas. Veía. Veía el color azul del cielo. Veía el amarillo de los campos de trigo moviéndose al compás. A lo lejos veía bailar el verde de los árboles.
Veía. Sentía.
Sentía. Sentía mis pies levitar sobre las nubes.
Sentía mi corazón, mente y cuerpo volando, soñando y viviendo.
Me quedé. Me quedé a volar, a soñar, a vivir. A ser feliz.

Eneko Garin Arrastoa

Arquitecto
E.T.S. A - San Sebastián - UPV
GUIPÚSCOA | ESPAÑA