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Juanjo López de la Cruz

Arquitecto
E.T.S. A - Sevilla - US
SEVILLA | ESPAÑA
www.sol89.com

Todo lo que nos rodea se mezcla y es siempre lo mismo con distinta forma; los proyectos son las clases, los textos los dibujos y los libros construcciones.

Todo tiene que ver con todo. En nuestras mesas, la investigación, la docencia y la actividad profesional se confunden, no puede ser de otro modo. Todo lo que nos rodea se mezcla y es siempre lo mismo con distinta forma; los proyectos son las clases, los textos los dibujos y los libros construcciones.

Todo está relacionado con nosotros mismos. Una investigación, una clase y un proyecto no son más que un retrato de nosotros mismos, un mapa de nuestras inquietudes que cartografía el mundo a nuestra escala. Cada una de estas tareas se comporta como la piel; lugar donde lo exterior y lo interior se encuentran deformándose mutuamente.

Todos los tiempos, reales o imaginarios, eran ahora el mismo. A menudo recurrimos a la pared de corcho de nuestro estudio para explicar cómo funciona un modo de proceder donde el tiempo y el espacio se confunden. En ella se superponen fotografías, dibujos, anotaciones y textos que alguna vez llamaron nuestra atención, el marco definido por esta superficie establece relaciones insospechadas entre cuestiones aparentemente alejadas y la acumulación de unas encima de otras nos recuerda que el paso del tiempo no es más que una superposición fortuita donde es posible rescatar historias que sucedieron en otro momento.

Todo lo que creemos haber descubierto no hemos hecho más que comprenderlo. No sabemos de dónde surgen las ideas pero creemos que todas están ya en algún lugar, en algún tiempo o con otra forma, sólo hay que encontrar la contigüidad que hace posible el encuentro entre éstas y las inquietudes del momento presente.

Conocer, contar y hacer. El conocimiento no suele estar donde en principio sospechamos, en cada corrección del rumbo nace un proyecto y muere otro. En el acto de narrar se proyecta de nuevo, contar es preguntarse. Hacer no es comprobar, es comenzar otra vez, construir no es el fin de la arquitectura, es su comienzo. El orden no tiene por qué ser éste.