La casa indiscreta: un hogar experimental para todo aquel que está de paso. Un lugar que fue construido y abandonado, ahora afectado por otra mirada, lo transforma en una casa para que sean otros los que la habiten.

El conjunto de pequeños volúmenes localizados preexistente, nos recuerda a otras viviendas experimentales, que en tiempos anteriores y en lugares diferentes, también comenzaron a pensar una nueva forma de habitar y relacionarse con el entorno.

Situado en la calle Campamento de Sevilla, el edificio a habitar se trata de un tanque de agua abandonado, anexo a la antigua estación de tren de La Enramadilla. Un vacío que pasa desapercibido en el pleno centro de un barrio residencial, que en otro tiempo fue la calle principal que articulaba todo el barrio de San Bernardo y hoy no es más que el recuerdo de la estación.

Con el fin de preservar la preexistencia, se introducen unos volúmenes en busca de luz y de vistas, por donde brotarán por las aberturas ya existentes. Los cuerpos introducidos, cápsulas para dormir y leer, entablarán una relación estrecha con la materialidad del antiguo tanque, donde los espacios no construidos tendrán tanta importancia como los propios volúmenes.

El tanque se encuentra elevado 70cm por encima del nivel de la calle trasera, por lo que se decide configurar una nueva fachada con un muro moldeable que albergará los posibles usos del patio interior, dotando de una nueva privacidad al patio donde se vuelca la casa.