Las ciudades en que vivimos constituyen complejas estructuras que trascienden nuestras operaciones cotidianas de supervivencia y habitabilidad. muy al contrario, el espacio urbano -y por extensión su ámbito territorial- se nos impone como una poderosa superestructura económica, política y social, moviéndonos a la deriva entre sus leyes y fisuras, y es precisamente a parir de estas últimas, desde lo no-reglado, que el arte y sus estrategias pueden aportar ciertos quiebros o circunloquios, nuevos enfoques para si acaso minimamente transformar o reinterpretar estos espacios de convivencia, de pulsión social, que denominamos ciudades.
Consideramos que la ciudad y su contexto –aquellas señas de identidad que han construido y conforman cada dia nuestra comunidad, sus contradicciones y desajustes también- han de ser tema de debate y reflexión obligados. para ello se quiere llevar a cabo un trabajo sistemático que contribuya a despertar una conciencia ciudadana crítica.
Pretendemos enriquecer los edificios de viviendas, en los que las zonas comunes van apareciendo y ampliándose al máximo posible, y en los que los servicios que éstos ofrecen a la ciudadano, o los que el barrio puede ofrecer al edificio, se proyectan y se ofrecen. de esta manera se establecen nuevas formas de entender lo urbano al crearse nuevas relaciones entre edificio, barrio y ciudad.
Proponemos, dada la geometría de la parcelación existente un sistemas de crecimiento urbano que llamaremos en damero o tapete y cuyos esquemas orientativos que planteamos a continuación muestran la diversidad de formas diferentes de crecimiento y de relación entre edificio, ciudadano, elemento verde y espacios lúdicos o de esparcimiento que no hacen sino alimentar lo que se conoce popularmente como la vida de barrio, y plantear fruto de nuestra investigación una nueva solución urbanística que insunúa una nueva manera de gestionar el territorio.